Paramour

AMANTE

Esas puertas exageradamente grandes y chirriantes como si estuvieran en una tenua pero sufrida agonía, las paredes con el tapiz despegado y viejo que no ha sido cambiado en siglos, los colores opacos que mantenían la luz fuera, sin ventanas claramente. No sé porque razón había rayones en el suelo, que sonaba aún más adolorido que las puertas, como si fueran verdaderos lamentos ¡Esta casa era el infierno! Q estoy hablando? El infierno es más acogedor que esto. Con todo lo que he visto y vivido esta casa en mal estado no debería afectar mi sensibilidad pero lo hace.

Gracias a dios mi rostro es bueno manteniéndose inexpresivo, mi pavor hacia lo que iba a pasar no se estaba haciendo sentir. Al contrario de mi ella iba revoloteando por los pasillos de la casa con una sonrisa. Como si estuviera recuperando el brillo que me deslumbro y que yo fui absorbiendo junto con la vitalidad que le caracterizaba. Eso me lleno de esperanza, aunque sea imposible ¿Es egoísta seguir queriendo a alguien a tu lado aunque sepas que la vas matando lentamente?

Caminamos por los largos pasillos lo que pareció más que una eternidad. Yo solo estoy aquí como espectador este es su territorio de él y de ella *murmure* Finalmente llegamos a su despacho, desde la condiciones de la puerta pude notar que esta habitación si había estado recibiendo mantenimiento y muy constante diría yo. Al entrar mis sospechas se confirmaron toda la habitación estaba tapizada y los suelos de pino bien pulidos, con una enorme ventana detrás del escritorio. Y sus respectivas estanterías llenas de libros antiguos, casi su totalidad eran religiosos, con eso ya me pude imaginar el caracter de este señor. Unos cortos minutos de espera y la puerta detrás de nosotros se cerró de un golpe. Ninguno de los dos nos giramos pero observe su rostro. Ya no sonreía en cambio intentaba fingir fortaleza.

Cruzó al otro lado de la habitación sin levantar la mirada, se sentó frente con frente a nosotros y encendio un tabaco. Como si nuestra presencia no hubiera sido requerida. Ella tembló a mi lado, aquel ser no parecía tener la intención de esbozar palabra. A pesar de que mi objetivo era mantenerme al margen no me quedó mas remedio que romper el silencio cortante:

-Es sorprendente lo poco q parece entender..

El solo levanto lentamente la cabeza y clavó su dictaminadora mirada en mi, como si yo fuera el inferior, como si no se diera cuenta que la escoria que esta envenenado su propio cuerpo era el mismo. Me mantuve indiferente ya que ella estaba expectante:

-Su hija fue mi salvadora.

El sonrío de manera cínica cambiando su mirada hacia donde estaba ubicada ella:

-Claro, ella puede ser un poco indecisa.

Lo odie, lo quise muerto en ese momento, que estaba insinuando tan descaradamente. Se lo que intentaba pero no lo voy a dar esa satisfacción.

Padre prosiguió:

-Pero no tengo que hacerla elegir porque...así es como va.