Capítulo 2: el ascensor.

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Capítulo 2: el ascensor.

Ha pasado una semana desde que tuve esa conversación con Luke, no le volví a hablar a pesar de que él me escribía y me decía que cuando nos viéramos me castigaría duramente por no responderle y por no llamarle como él me había dicho que lo llamara.
Hoy es lunes por la mañana, como todos los días me levanto a las 6 para meterme en la ducha y luego darle un repaso a historia que lo llevaba bastante mal.
Salí de la ducha con una toalla enroscada al cuerpo, mi pelo corto mojado lo dejé suelto para que se secara solo. Fui a mi armario y cogí unos vaqueros azules claros, con unas sandalias y una camisa rosa palo. Cogí mi ropa interior y me volví a meter en el baño.
Después de 20 minutos salí ya preparada, miré la hora y vi que solo me quedaban 5 minutos para llegar, mierda llegaría tarde y tenía matemáticas. Cogí mi mochila, mi móvil y mis cascos, guardé las llaves de mi casa en la mochila y salí corriendo.
Volví a mirar la hora y vi que llegaba muy tarde y que el profesor no me dejaría entrar, así que decidí reducir el paso, ya que por llegar un poco más tarde no pasaría nada. Todavía me quedaban unas calles para llegar.
Después de casi 30 minutos andando llegué, y no es que el instituto estuviera lejos, si no que me paré a desayuna porque con las prisas no me había dado tiempo a hacerlo en casa.
Llegué por los pelos a la clase de biología, al entrar me quedé paralizada, ¿ese era Luke? No, no puede ser. Pero tenía el mismo piercing.. Tranquila Katie, no le viste la cara entera, de seguro te estás confundiendo. Al pasar por su lado escuché perfectamente un susurro casi inaudible por su parte.
-Gatita..-
Me giré y lo vi mirándome con una sonrisa de oreja a oreja, no puede ser, me encontró.
Yo decidí hacer lo que he estado haciendo todos los días, seguí mi camino como si nada y me senté en mi sitio al lado de mi mejor amiga.
-¿Has visto que buenorro se ha traído la profesora de biología?- me dijo nada más sentarme.
-¿Quién es?- pregunté yo.
-Es su sobrino, está haciendo prácticas con ella, ya que eran muy caras en otros institutos.- dijo ella sonriendo.
-Ah vale.- dije yo sin darle importancia.
Estaba muy asustada, ¿qué me haría? ¿me diría algo?
Dejé de pensar en eso cuando la profesora de biología se puso a hablar de la teoría de la tectónica de placas.
La clase se me hizo muy larga, sobre todo cuando Luke no me dejaba de mirar, mi amiga no se daba cuenta ya que biología es la asignatura que peor lleva y tiene que sacar muy buena nota en este examen si quiere aprobar en Junio.
Cuando acabó la clase escuché a la profesora llamarme.
-Katie.- dijo ella.
-Dime.- respondí dándome la vuelta.
-¿Conoces a mi sobrino, Luke?- preguntó ella inocente.
-No.- respondí.
-Bueno pues te lo presento.- respondió ella riéndose.
Si hay algo que me gusta de esta profesora es que es muy maternal.
-Encantado.- dijo el dándome un beso en la mejilla.
Yo le devolví el gesto con un poco de miedo.
-Quiero que estés con el en todas las clases de biología, le expliques lo que necesite, le enseñes el instituto y eso, ¿me harías el favor?- preguntó ella.
Madre mía, entre toda mi clase de biología en la que somos 23 personas, ¿me tuvo que escoger a mi? Es normal, ya que mi media de biología es de 9, la más alta de mi clase, pero... No quería hacerlo.
-Claro.- dije.
No podía fallarla, esta profesora es muy maternal y todo lo que yo quiera, pero si no haces lo que te dice la toma contigo y pues no me apetecía estudiar todo el verano biología.
-Muchas gracias, ¿puedes empezar ahora enseñándole el instituto? Se lo enseñaría yo... pero tengo que ir a la sala de profesores a preparar mi próxima clase.- dijo ella.
-Si, no tengo nada que hacer.- dije yo.
Y claro que tenía que hacer algo, estudiar para el examen de historia.
-Ven, sígueme, subiremos a la planta de arriba en el ascensor, en los recreos no hay nadie y te la podré enseñar sin molestias.- dije sin mirarle y tirando para adelante.
Llegué al ascensor y pulsé el botón para llamarlo. Cuando las puertas se abrieron me di cuenta de que estaba a mi lado, me metí dentro y saqué mis apuntes de historia y me puse a repasar.
-¿Qué haces?- preguntó el tratando de mirar mis papeles.
-Nada.- dije para después guardar mis apuntes.
Quedaba una planta para llegar a lo que le quería enseñar cuando el apretó el botón de parar el ascensor.
Oh Dios mío, ¿que quiere? ¿que va ha hacer? Esto no me puede estar pasando a mi.
Dejé mis pensamientos a un lado cuando sentí que me estaba tocando el hombre con un dedo, bajándolo por todo mi brazo haciendo que se me pusiera la piel de gallina y mis nervios a flor de piel.
-¿Qu..que haces?- dije temeros.
-Gatita, eres más guapa en persona, además tienes un cuerpo..- dijo el bajando aún más la mano y apretándome el trasero.
-Me va a encantar darte el castigo.- volvió a decir el al ver que no le respondía.
-Por favor, de..déjame.- dije respirando pesádamente.
Me estaba manoseando, como ningún chico había hecho antes, y eso me asustaba.
El no respondió y subió sus manos hasta mis pechos. Entonces se me ocurrió una idea.. No sabía si funcionaría pero por intentarlo no perdería nada.
-Daddy por favor.- dije en un susurro.
-Oh gatita así me gusta.- dijo el quitando su mano de mis pechos.
Aproveché que estaba distraído dándole al botón del ascensor para que se pusiera en marcha y le dí todo lo fuerte que pude con mi mochila.
A él pareció no dolerle nada, ya que simplemente se giró y se rió.
No le dio importancia y me dejó enseñarle la planta de arriba sin volverme a molestar, cuando estaba enseñándole la planta de abajo todas las chicas lo miraban y el solo las guiñaba un ojo.
Eso me molestaba, no se porque.
Porfín terminé de enseñarle todo el instituto y me tenía que ir clase de historia.
-Bueno pues ya esta, ya te lo he enseñado todo.-dije sacando de mi mochila mis apuntes para darle el último repaso.
-Bueno, todo todo no me lo has enseñado.- dijo el sonriéndome.
Sabía a lo que se refería y eso hizo que me pusiera roja.
-Adiós.- dije intentado pasar por su lado, pero el estiró un brazo y me agarró apretándome hacia el.
-¿Qué haces?- dije tratando de soltarme.
-No hay nadie, están todos en clase.- dijo el en un susurro ronco.
-Por ese motivo tengo que ir también a clase, tengo exámen.- dije mirándole.
-Pero antes de irte.. dame un beso.- dijo el.
¿Qué cojones? A penas lo conocía, no se lo iba a dar.
-No.- dije tratando de soltarme de nuevo.
El hizo un puchero. Yo le gire un poco la cara con la mano y le fui a dar un beso en la mejilla pero en ese momento el giró la cara y me besó en los labios.
Al principio me resistí pero el bajó sus manos hasta mi trasero y me levantó hacía el para que pudiera llegar mejor, yo subí mis manos hasta su cuello para no caerme.
Cuando nos faltó el aire nos separamos, de seguro que yo estaba colorada, el me iba a decir algo pero yo cogí y me fui rápido a mi clase de historia.
-¡Hasta mañana en la clase de biología gatita!- gritó el.
Yo ni me giré.

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