Capítulo 3: fóllatela como tu quieras.

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Capítulo 3: fóllatela como tu quieras.

Martes por la mañana, son las siete de la mañana, me he quedado dormida y como no me de prisa voy a volver a llegar tarde y a primera tengo biología.

Aunque pensándolo mejor, ¿por qué no llegar tarde?

Me voy a mi armario y cojo unos vaqueros negros junto con una camiseta de manga corta salmón y unas sandalias blancas, me visto rápido y me voy al baño a arreglarme el pelo.

Después de veinte minutos peleándome con mi pelo me decido por una trenza de espiga.

Salgo lo más rápido posible de mi casa ya que son las ocho y las clases empiezan a las ocho y media.

Al llegar al instituto, después de quince agotadores minutos corriendo, lo veo en la puerta. Lleva el pelo alborotado, unas gafas de sol las cuales le hacen más irresistible y sexy, veo que está hablando con Cristine, una de las más guarras de mi instituto, aprovecho que no me mira nadie para mirar como tengo el pelo en el reflejo del móvil después de haber corrido tanto, intacto, esta vez había ganado yo.

Entro riéndome por mi estúpida ocurrencia cuando veo que viene hacia mi dejando sola a Cristine. Me hago la despistada buscando algo en mi mochila. Saco los libros de biología y cuando levanto la cabeza para ver donde está me lo encuentro enfrente mía con su habitual sonrisa.

-¿Me buscabas gatita?- preguntó sonriendo con autosuficiencia.

-Claro que no.- respondí rodando los ojos.

-Yo creo que si.- dijo él.

-Me da igual lo que tu creas.- dije yo esta vez mirándole a los ojos.

-Estás cabreando a daddy.- dijo el muy serio.

No le respondí simplemente le sonreí y me di la vuelta. Fui directa a clase, pero cuando llegué la profesora me miraba no se si contenta o enfadada, la verdad es que tiene un gesto un poco extraño.

-Katie.- dijo ella sonriéndome.

Me relajé y solté todo el aire que no sabia que había retenido.

-Dime.- respondí sonriéndola de vuelta.

-¿Y mi sobrino?- preguntó esta vez frunciendo el ceño.

-Venía detrás, se quedó hablando con unos compañeros.- mentí.

-¿Qué tal te fue ayer enseñándole el instituto? No tuve tiempo de preguntarte y el me dijo que eras magnífica, que le encantaría que le enseñaras también el pueblo y todo.- dijo ella.

-Fue bastante bien.-

Nunca le diría lo que pasó.

-Y respecto a lo de enseñarle el pueblo, lo veo un poco difícil ya que estoy con los finales..- dije tratando de excusarme.

-Bueno, pues se lo tendré que pedir a Cristine.- dijo ella mirando unos papeles.

-¡No!- chillé yo nada más escuchar su nombre.

-¿No?- preguntó ella elevando una ceja.

-Quiero decir que yo le enseñaré el pueblo pensándolo mejor.- respondí al instante.

-Esta bien.- dijo ella.

El timbre que indicaba que la clase acababa de empezar sonó y yo me fui a mi sitio, al momento ya estaba Luke sentado a mi lado.

Cristine pasó por mi lado y me miró con asco al ver a Luke a mi lado.

-Luke, ¿entonces nos vemos esta tarde?- preguntó sonriéndole.

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