Han pasado dos horas, según ese horrible reloj que hay en la pared y que también es blanco. Empiezo a sentirme encerrada, así que busco el botón que sirve para llamar a las enfermeras. A los pocos minutos, aparece una mujer gordita que me mira con cara de cansancio, y tras comprobar como estoy, me quita el gotero y el monitor. Aunque insisto en preguntarle cómo estoy, o si se sabe algo de Spencer, la simpática señora ignora olímpicamente mi presencia y abandona la sala en cuanto termina de quitarme todos los tubos.
En cuanto cierra la puerta, me levanto de un salto, y, tras superar el mareo inicial, voy derecha hacia el único armario de la sala, rezando porque no esté vacío. Quiero salir de aquí, pero me niego a irme con una bata que no deja nada a la imaginación. Abro el armario y por suerte, hay ropa, que supongo será mía, unos vaqueros desgastados con alguna que otra mancha y una camiseta de tirantes es todo lo que aparece, así que decido tomar prestada la americana que Spencer ha olvidado coger cuando salía corriendo, supongo que sintiéndose un poco culpable por besar a una amnésica y no dignarse a darle ni una explicación. Por último, me pongo unas zapatillas también bastante llenas de tierra y manchas no identificables y decido salir, no sin antes mirar el resultado final en el reflejo de la ventana. Podría ser peor, podría... tener tres ojos, o la piel verde. Porque dentro de los cánones humanos, parezco un cruce entre una heroinómana con mucho mono y una loca encantadora que le ha quitado la chaqueta a su padre.
Con un suspiro de resignación, y repitiéndome mentalmente que la bata cerrada a la espalda de papel de fumar es mucho peor, abandono la habitación tratando de no llamar la atención. Como no creo que perder el tiempo dando vueltas sea una buena idea, y preguntar a las enfermeras que dónde está la salida cuando soy una enferma ingresada tampoco está dentro de mis posibilidades, me meto en el primer ascensor que veo y bajo a la última planta. Mis suposiciones se confirman y salgo por el aparcamiento del hospital.
Una vez fuera, me invade cierta sensación de agobio, de angustia. Le quito importancia porque supongo que será normal, al fin y al cabo, no reconozco nada de lo que hay a mi alrededor, ni conozco a nadie, ni tengo dinero... deambulo por las calles mirando escaparates, inspirando con fuerza, esperando que algo me despierte alguna emoción o sentimiento que me dé una pista de qué clase de persona era yo antes. En algún momento de la tarde, mi estómago gruñe y sé que necesito comer... pero no tengo nada para pagarme una cena. Justo cuando decido volver al hospital y explicar mi ausencia, me agarran bruscamente del brazo y me meten en un portal.
Me suelto con un movimiento fluido de brazo, que debe ser de algún tipo de arte marcial que no recuerdo saber, y miro a la persona que tengo enfrente, quien resulta ser una chica rubia bajita de grandes ojeras que me mira aterrorizada.
-¡Vi!¡ ¡Estás viva!! ¿¡qué haces andando por la calle con esas pintas a la vista de todos!? ¿¡Acaso quieres morir de verdad!?
La miro confundida y sacudo la cabeza. No tengo la más mínima idea de lo que habla, y ni siquiera reconozco el nombre por el que me llama. ¿Di? ¿de Diana, quizá?
-Perdona, creo que me confundes con otra persona. Yo me llamo Nat, y acabo de salir del-
Me interrumpe con un bufido y me mira exasperada.
- Deja de hacer el imbécil, ¿vale? todos te vimos morir en la explosión. Todos creen que estás muerta, por eso han levantado la orden de búsqueda... y de hecho, deberías estarlo, sería mejor para ti. Total, cuando decidiste detonar la bomba iban a por ti porque... joder chica, ¿tanto asco les tenías? vale que eran unas zorras con todos, pero... ¿matarlas a todas? eres un peligro.
Noto como el aire se escapa de mis pulmones muy rápido. La cabeza me da vueltas, y empiezo a ver puntos blancos en el borde de mi campo visual. Inspiro profundamente y trato de repasar los últimos minutos para saber si he oído bien.
- Perdona, has dicho... ¿yo he matado a alguien? ¿yo detoné la bomba? eso... eso no puede ser verdad. Yo... yo me llamo Nat. Spencer dijo que fue un accidente...
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Amnesia.
Teen Fiction¿Dónde... dónde estoy? ¿Por qué me duele todo? Tengo un gotero en el brazo... no entiendo qué esta pasando. ¿quién es ese chico? Y sobre todo... ¿Cómo me llamo?