La chica abre desmesuradamente sus ojos.
-Espera... algo va mal. ¿dices que había alguien contigo en el hospital cuando despertaste, y que te dijo que te llamas Nat?
Asiento incapaz de articular palabra. La joven suspira y comienza a hablar mirando el suelo.
- No sé si es verdad esto que estás diciendo, pero pareces realmente perdida. Vamos a mi casa y te lo explico todo.
Acto seguido, comienza a subir por las escaleras y atravesamos un angosto pasillo hasta la puerta de un desvencijado piso, que por dentro sin embargo es bastante acogedor.
La joven rubia se sienta en un sillón y me hace un gesto vago hacia el sofá, así que me dirijo allí sin mediar palabra y me siento, esperando cualquier explicación. Tras mirarme largamente, sacude la cabeza y se levanta, dirigiéndose hacia la cocina. Trae un par de bolsas de patatas y me tira una, y a partir de ese momento decido considerarla mi mejor amiga. Come un par e patatas y comienza a hablar.
-No me interrumpas. Me llamo Anne. Tú y yo íbamos juntas a clase, y en este último año nos llevamos especialmente bien. En nuestra clase había un grupo de... bueno, ya sabes, las típicas zorras populares que creen que pueden ir de reinas por la vida. Nosotras siempre habíamos pasado desapercibidas, hasta que... espera, ¿recuerdas dónde estudiábamos, o qué carrera?
Niego ligeramente, atenta a todo. Anne suspira y continúa hablando.
- Verás, hacíamos el último curso de criminología, y tú especialmente, lo combinabas con forensia. En fin, que este año nos dejaban ir a probar a distintas unidades, y a ti te eligieron para meterte en una de las más prestigiosas, la relacionada con asesinos seriales. Eso... no les sentó muy bien a las populares, y desde ese momento la tomaron con nosotras. Al principio todo iba bien, simplemente pasábamos de ellas. Pero fue empeorando, y tú cada vez estabas más huraña y empezaste a alejarte de mi. Un día, desapareció una de las chicas del grupo, así, puf, de repente, dejó de venir y de contestar al móvil. Desde ese momento empezaron a ir desapareciendo las demás del grupo, a pesar de los esfuerzos de la policía y tal. Un día, desapareciste tú, y lo siguiente que se supo es que estabas en un edificio abandonado con todas ellas, y que ibas a matarlas, pero como te pillaron, decidiste morir tú también y reventarlo todo, literalmente. Y por cierto, te llamas Vivien. Que yo sepa, tú no conoces a ningún Spencer, ni nada de eso.
la cabeza me burbujea con toda esa nueva información. La sacudo un par de veces para despejarme y le cuento todo lo que sé desde que me desperté en el hospital, incluido beso sin venir a cuento. Cuando termino, ella me mira muy sorprendida.
- Vi... quizá ese tío sea peligroso. Quizá no fuiste tú la que las mató después de todo... podría ser un psicópata que se ha obsesionado contigo, uno de esos con los que has trabajado.
Suspiro y me sujeto la cara con una mano. Es... demasiado. Todo esto me supera.
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Amnesia.
Teen Fiction¿Dónde... dónde estoy? ¿Por qué me duele todo? Tengo un gotero en el brazo... no entiendo qué esta pasando. ¿quién es ese chico? Y sobre todo... ¿Cómo me llamo?