Volvía de entregar el encargo de harina en el reino vecino, cuando me giré hacia la hoguera de los saltimbanquis y allí la vi: estaba bailando no alrededor, sino dentro de la propia hoguera, el fuego bailaba con ella, se la veía hermosa, no sé porque pero decidí quedarme un rato a mirarla cuando de repente aparecieron los caballeros del príncipe y empezaron a atacar a los saltimbanquis, todo pasó muy deprisa: las hogueras se apagaron, algunos huyeron, a otros los cogieron, pero en lo que yo me fije fue en que la chica había recibido una coz de unos caballos y había caído inconsciente; no me lo pensé dos veces, corrí, la levanté y la subí a mi caballo y huimos de ahí hasta mi hogar en el otro reino. ¿Por qué lo hice?, no tengo ni idea.
Llegué a casa agotado, me recibió mi padre y al verme con esa chica en los brazos salió corriendo a preparar una cama. Le seguí y la tumbe sobre la cama para que se recuperara; me senté en una mecedora a su lado, porque sabía que no iba a poder dormir en toda la noche sin saber si se recuperaría o no.
A la mañana siguiente...
Me desperté en la mecedora, pero todavía era de noche, encendí una vela para orientarme y, al observarla, me di cuenta de verdad de lo hermosa que era: el pelo semi-ondulado, de color castaño rojizo (como lenguas de fuego); piel delicada y de tono natural pero mas morena que yo, que soy albino; y por la silueta me imagine su altura, más o menos alta y esbelta. Al levantarme por la mañana, ella seguía dormida. Me levanté con cuidado de no despertarla, pero cuando me proponía salir escuché un ruido, me giré y vi que se estaba levantando. Cuando me vio se levantó rápidamente y se colocó en una posición defensiva
¿...?: ¿Quién eres y qué estoy haciendo aquí?
Yo: Me llamo Aarón Bianco. Te rescaté del ataque del príncipe anoche y te traje a mi casa en el reino vecino. Estás a salvo ( le respondí con las manos en alto significando que no había peligro) .
¿...?: Ahh... Gracias. Yo soy Vanessa Falma, pero exactamente ¿donde estoy?
Padre: Estas en la pastelería Zucchero Bianco del reino Azabelle. Yo soy Dominic Bianco. Y ahora, si alguien tiene hambre hay pastelitos y té abajo.
Vanessa: Si no es mucha molestia, de acuerdo.
En eso me doy cuenta que sus ojos son violetas con tonos ambar, pero como ella gira la cabeza rapidamente aparto la vista y me dirigo a la cocina a desayunar.