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PERDÓN, ME QUEDÉ DORMIDO Y NO ME ACORDÉ DEL CAPÍTULO

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Ambos empezaron a tocarse íntimamente. Sobre todo el pinche Minho hormonal, manoseando el torso de Seungmin para abajo. Este no se quedaba atrás, volvió a desabrochar la camisa y pantalón del mayor, tocando sus sus genitales encima de la tela de su ropa interior, causando que este soltara dulces gemidos.

Cómo ahora estaban en la sala, Seungmin lo recostó en el sofá con cuidado para después encimarse en él. Acercó sus labios a los suyos y se besaron profundamente cómo lo habían hecho contra la pared de la cocina, sólo que... quizás esta vez con más intensidad.

Estaban que comiéndose la boca, lo juro.

Se mordían los labios, se lamían, cada vez era más profundo y el calor incrementaba entre los dos. Sólo podían hacer una cosa, y esa era coger de una puta vez.

Les importaba un carajo él condón, sólo querían hacer una, tres, o las rondas que sean cuándo y dónde sean.

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—A-Ah... Más rápido, Seung...~— gimió Minho mientras se aferraba a la almohada del sofá, mordiéndola fuertemente, sintiendo las embestidas de su novio.

Él le hizo caso. Había empezado suavemente, pero a medida de que su excitación incrementaba, perdía él control y azotaba más fuerte al mayor.

Las luces estaban apagadas, la única encendida era la de la cocina que estaba a metros de distancia, la cuál sólo iluminaba los contornos de ambos cuerpos dándose amor. Al menos antes fueron conscientes de lo que estaban haciendo y eligieron un sofá que no estuviera cerca de la ventana.

O sí no... Uff, tremendo lío harían con los vecinos después de que ellos los vieran, cuándo uno sólo quiere dormir en paz y de la nada te encuentras viendo por la ventana a dos homosexuales cogiendo.

Seungmin volteó a Minho, haciendo que este soltara la almohada y lo viera cara a cara, y aumentó la velocidad aún más.

Le encantó ver cómo se veía debajo de él, gimiendo dulcemente su nombre cómo un lindísimo gato en celo. Observó sus ojos, estaban entrecerrados, mirándolo fijamente mientras que sus labios se entreabrían.

—Te ves divino, amor.— le sonrió el menor, besándolo en los labios con gran pasión, e inmediatamente fue correspondido por los movimientos del otro.

. . .

Un momento... ¿qué sonaba?

. . .

—O-Oh~... Es mi celular...—dijo Minho entre jadeos pesados, mirándo de reojo el objeto ya dicho que reposaba en la mesa. —c-creo qué es Jeongin...

—¿Vas a contestar, dulzura?

—M-Mgh...~ Quizás... pero no te detengas.

Estiró su brazo y contestó la llamada.

—... Hola.

—¡Minhoooooo!— se escuchó una voz chillona al otro lado del móvil.—¿cómo estás? ¿y lo qué habíamos planeado?

Seungmin alzó una ceja.

Minho lo miró con gracia. —¿q-qué? Jaja, eso lo dejamos para otra noche, Innie.

—Adivino... ¿Estás con Seungmin?

—Sí, aquí estoy.— respondió el mencionado después de tomar el celular de Minho.

—Oye- ¿qué haces?— el mayor lo miró confundido.

Entonces, se sorprendió cuando las embestidas de Seungmin fueron todavía más fuertes. No hizo otra cosa más qué taparse la boca y jadear desesperado, pues sabía que Jeongin lo podía escuchar.

—Innie, ¿de qué noche hablas con mi novio?— preguntó, mientras sostenía la pierna de Minho y lo embestía.

—Ah, verás. Es qué estabamos planeando una salida de amigos en la noche, también íbamos a ir con mi novio.

—... Oh, ¿tienes novio?— se tranquilizó con  la situación.

—Sí, Hyunjin.

—¿Y por qué no me cuentas, chiquitín?— rió levemente. —¡también llámame a mí! También somos amigazos.

—Es qué pensé que me odiabas porqué yo me hablaba con Minho...

No para nada, ja.

Bueno, odiar no, pero sí que estaba súper celoso.

—No, innie. Háblame cuando quieras.

—¡Bueno! Entonces también estás invitado a la salida de amigos. Es como una cita doble.

—¡Claro! Muchas gracias.

—No es nada. En fin, ya me tengo qué ir, Hyunjin me está esperando. ¡Nos vemos luego!— se despidió con emoción.

—Adiós, innie.

Ambos colgaron al mismo tiempo, Seungmin dejó el celular en la mesa.

—¿Uh? ¿Qué pasó, Minho? Estás todo rojito...—sonrió maliciosamente.

Y no mentía, su novio ya no podía ocultar los gemidos del placer qué sentía, pero no quería emitir ni un sonido cuando justamente están hablando por teléfono.

Pero finalmente había colgado, así que se puso casi a gritar que hasta Seungmin se asustó.

—¡Dios! ¡los vecinos nos van a escuchar!— no sabía si reír o preocuparse.

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Yo me hubiera preocupado... ¿Y ustedes?

Palabras- 746
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⏰ Última actualización: Jun 30, 2023 ⏰

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