UNA CUARTILLA PARA AMAR

MEMORIAS DE UN AMOR EFÍMERO

Noches de zozobra y llanto pasaron a un siguiente plano, el olvido.

Quién diría que del cariño al deseo, o la desesperación y apatía inadmisible, hubiesen pequeños pasos hacia el abismo.

Dos almas vagantes por el cosmos, ¿quién las hallará?

El idílico amor que una vez creí sentir, se había esfumado con el basto recuerdo de tu adiós.

Mi amor abrazaba tu indecisión y de vez en cuando, la consolaba de madrugada.

Al día de hoy; agradezco tu incertidumbre, las noches de naufragio emocional, y por supuesto, la constante duda en no cumplir con el estereotipo social.

Lo que una vez llegué a detestar, se convirtió en mi máxima consejera en este vaivén de sensaciones.

Quizá se hayan formado corazas en mi alma, lo cual impidan demostrarte lo mucho que me importas. Es por eso mi incesante anhelo de ofrecerte estas palabras en un corto fragmento, dada la virtud de mi desconfianza por volverte a querer.

No existe definición del hombre ideal, ni mucho menos el príncipe azul del que tanto nos hizo creer la industria americana.

Los años pasan y el tiempo sigue siendo nuestro máximo aliado en esta historia, que aunque pudo dar para un punto final, esta misma se ha encargado de darle brecha a un siguiente apartado con punto y aparte.

No pretendo un «para siempre» pero tampoco un «adiós» intermitente.

Más allá de un despertar sincero y genuino, es la conexión sin igual entre dos cuerpos que lidian con la eufórica catarsis del alma... pero que toman la decisión de iniciar una vez más.