Andrómeda

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Me quede atónito con la noticia que me acababan de dar. No podía, y no quería creerlo. Ella se había ido, me había dejado solo.

No puedo llorar, no puedo hacer nada. Quisiera hacer algo, poder ayudar a mi tía con algo, pero no. No puedo hacer nada y eso me mata.

Todo el mundo dice que se fue a un lugar mejor, pero nadie piensa en lo injusto que es. Sé que quizá tuvo sus razones para suicidarse pero pudimos haberla ayudado, y me siento idiota por no haberme dado cuenta antes. Debí haberla ayudado, o al menos ver una sola señal. Ella lucia tan feliz con todos. Excepto por-

-Hermano, lo siento tanto, tú sabes cuánto ama- Apenas lo vi y mi única reacción fue golpearlo.

Y moría por seguir haciéndolo y juro que sería capaz de hacerlo. Pero las recientes lágrimas de cólera e ira no me dejaban ver.

-¡Eres un maldito! ¡Portu culpa se suicidó!- Siento un brazo ahorcándome para alejarme de él. El airese entrecorta y me obliga a calmarme