Miguel O'hara, un hombre serio, arrogante, con diversas manchas en sus pasado, al fin encuentra la luz que finalmente guiará su camino; lo que Miguel no sabe, es que su propia personalidad podría apagar esa misma luz.
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A la mañana del lunes Jane se despertó de maravilla, lo que había experimentado la noche anterior hizo que su cuerpo se lo agradeciera al despertar, sentía sus músculos relajados y su mente despejada. Fue a revisar si Carla ya se había despertado, pero antes de levantarse de su cama revisó su reloj, maldita sea, ya eran las 10:00 A.M y ella tenia que estar en su trabajo como enfermera hace tres horas. Jane sobresaltó de la cama.
— ¡Mierda! — Exclamó mientras agarraba su maletín y su uniforme de enfermera vistiéndose y peinándose desesperadamente, se dirigió a la cocina agarrando un pedazo de servilleta y una lapicera; dejando un mensaje para Carla.
Perdóname por no hacerte el desayuno Carlita, me retardé un poco para el trabajo (de hecho demasiado), prepárate unos huevos y un poco de café. No hagas nada estúpido mientras no estoy. Att: La mejor tia ;)
Jane ahora se daba cuenta de las consecuencias de haber estado pensando tanto en ese sensual hombre. Pero no se arrepentía de absolutamente nada de lo que hizo mientras pensaba en él.
Jane intentó agarrar un taxi, pero la ciudad era bastante pesada a estas horas, todos estaban yendo al trabajo; no le quedó otra que meterse por un oscuro callejón que era un atajo abandonado el cual llevaba al metro, pero más rápido; se introdujo dentro del callejón con un poco de miedo, caminó lentamente, lo único que podía escuchar eran sus pasos, ya ni siquiera se escuchaba el ruido de la ciudad de lo lejos que estaba el callejón de la autopista, o de la ciudad en sí.
—¿En que carajos estaba pensando? Es más probable que lleguen a robarme a que llegue en una sola pieza al maldito hospital. —Susurró para ella misma mientras miraba a los alrededores del extraño camino, solo veía telarañas, más de las que debería haber. Miró extrañada hacia atrás mientras seguía caminando, y por no estar mirando a su camino terminó tropezando con un mapache que iba pasando.
—Agh, asquerosa rata ¿De donde mierda salió? —Dijo ignorante y un poco molesta mientras trataba de volverse a levantar, hasta que sintió algo recorrer su brazo, llegando a su mano, era una araña; Jade era aracnofóbica, así que cuando vió al arácnido se le bajó la presión, haciendo que abriera completamente los ojos, soltando un grito lo suficientemente fuerte como para que la escucharan en la avenida. Aunque eso no la salvó de que la araña picara su mano al mismo tiempo de que la mujer soltó el grito, así que el grito se hizo más agudo al sentir los colmillos de la araña en su piel, la mujer se empezó a estremecer tratando de sacar a la araña de encima suyo.
Jane sintió un fuerte escalofrío inmediatamente, estaba mareándose, haciendo que volviera a caer apoyándose en una de las paredes del callejón, pensaba que era su fin, recordó que antes de que la araña la picara alcanzó a ver que la espalda de esta era roja. Ni siquiera sabía si era venenosa, o hasta mortal, pero aún así se preocupó demasiado.
