1. La vida al servicio del bien

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Todo pudiera parecer perfecto, aunque realmente no es así, un reino pacifico gobernado por el héroe de Mobius y una princesa querida por la mayoría del pueblo, el consejo de dicho reino conformado por amigos y aliados de dicho héroe, todo en paz y...

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Todo pudiera parecer perfecto, aunque realmente no es así, un reino pacifico gobernado por el héroe de Mobius y una princesa querida por la mayoría del pueblo, el consejo de dicho reino conformado por amigos y aliados de dicho héroe, todo en paz y armonía, manteniendo a raya lo último que queda de Robotnick y sus secuaces, y si todo parece tan cálido y armonioso ahora, significa que la tormenta se está acercando...

Amy Rose, heroína de Mobius, reconocida líder y portadora del poder del martillo Piko Piko, y múltiples habilidades y capacidades que hacen de esta heroína un icono, desde que el reino se formó su destino ha sido un poco incierto, pocos sabían de su paradero, solo los integrantes más cercanos del Team Sonic podían saberlo, Tails por ejemplo

— No puedo creer que estés aquí! — Exclamó el zorro con alegría abrazando a su amiga

— También me da gusto verte, Miles —

— Oh, vamos Amy, deja esas formalidades para otro día — Contesto indignado el menor

— Disculpe usted, gran consejero del rey — Siguió la eriza en tono burlón haciendo una reverencia

— Muy graciosa, anda, cuéntame cómo te ha ido en esa expedición! —

— Pues siéntate, esto se llevará un buen rato... —

Amy Rose, heroína de Mobius, reconocida líder y portadora del poder del martillo Piko Piko, y portadora de los cristales multidimensionales, capaces de transportarla a cualquier dimensión que ella quisiera, gracias a este poder, a Amy se le concedió la responsabilidad de traer algunos recursos como provisiones para el reino en caso de emergencia, claro que, todo dentro de estrictas normas, como por ejemplo, no dañar el entorno natural de la zona de donde se extrae el recurso

Conforme avanzaba con la historia, el zorro estaba emocionado y muy feliz, no podía creer todo lo que había logrado su amiga, realmente estaba contento por como había madurado y crecido...

— Hay muchos lugares maravillosos, Tails — siguió la eriza — Eso me hizo pensar que, tal vez, haya algo más para mí en ellos —

— Algo más? —

— Si, ya sabes... Quizás haya un lugar para mí... En otro sitio... —

El zorro abrió los ojos con sorpresa y la miro con intriga — Es broma, verdad? — dijo con una sonrisa nerviosa pero la mirada de la eriza le hizo comprender que iba en serio — Amy pero... Este es tu hogar, siempre has estado aquí y, bueno, todos necesitamos de tu ayuda, con esto de los materiales y a ti como amiga por supuesto! —

— Tails, entiende... Cada uno de ustedes ya... Ya maduro, ya tiene una vida, tú, Knuckles... Están casados o a punto de casarse, tienes un hijo! Yo... Yo no tengo nada — añadió en un tono apagado — Y cuando creí tener algo... Tu viste como termino —

— Amy, entiendo que... Las cosas no salieron como a ti te hubiera gustado pero es que... —

— Solo quiero tener la oportunidad de ser feliz, Tails — respondió la eriza mirando fijamente al rubio — Tal como tú la tienes, como Sonic la tiene... —

Tails la miro con tristeza, entendía que todo este tema le hacía mal a Amy, no podía culparla, hasta cierto punto entendía que, su corazón no había sanado aquella herida — Amy... Voy a ayudarte —

— De verás?! — preguntó la pelirrosa con un brillo en sus ojos

— Si, pero antes debes decirme... Sigues enamorada de Sonic? —

— ... Tails por favor, no seas ridículo —

— No esquives mi pregunta — aclaro Tails — Solo sé sincera, conmigo —

— Tails, yo... —

— Tía Amy, Tía Amy! — se escuchó a la lejanía, un erizo, una ardillita y un zorrito venían a toda prisa al taller de Tails, una vez que se enteraron de la visita de la pelirrosa, en cuanto la encontraron, saltaron a sus brazos — Te extrañamos mucho! —

— Papá por qué no me dijiste que la tía Amy estaba aquí? — dijo el pequeño Skye, a la vez que hacía un puchero

— Ha sido repentino en realidad — se excusó su padre rápidamente, los niños en verdad disfrutaban de la compañía de su tía, la tía Amy les daba detalles de su viaje y ellos parecían maravillados con sus hazañas, el zorro sonrió ante tal escena tan conmovedora

Pronto la eriza se percató de su mirada, bajo a los niños y ellos se pusieron a jugar con los nuevos materiales que había traído — Solo... Quiero algo así Tails... — le dijo por lo bajo con tristeza

— Lo sé... — comentó, y le dio unas palmadas en el hombro — Antes de tomar la decisión... Podrías pensarlo un poco más? —

— Quizás pero... —

— Pensar qué? —

Ambos amigos tenían los pelos de punta, no esperaban que alguien los escuchará, no esperaban que fuera alguien conocido...

No esperaban que el rey bajara de visita...

— Sonic... — murmuró Tails con los nervios a flor de piel

— Papá, la tía Amy encontró muchas cosas geniales! — dijo finalmente el pequeño erizo, el cual era casi idéntico a su padre

— Puedo verlo... Y bien, en que se debe pensar, Ames? — volvió a preguntar con calma aunque su pie ya demostraba su impaciencia

Después de todo sigue recordando ese apodo...

— Nada importante — soltó Amy con seriedad sorprendiendo al erizo azul — Cuando tengas listos los registros volveré para firmarlos, está bien? —

— Claro — dijo Tails con desánimo

— Tía Amy, vendrás a visitarnos otra vez? — preguntó la ardillita con un poco de tristeza

Y como si de magia se tratase, el humor de la eriza cambio de seriedad a su dulzura de siempre — Claro que si — comentó feliz abrazándola — Volveré pronto para firmas unos papeles, y después podremos jugar juntos —

— Que bien! — dijeron los niños mientras continuaban jugando con lo que encontrarán

— Nos vemos — dijo Amy dirigiéndose a los niños y a Tails

— Adiós, Amy — Se despidió el azulado un poco incomodo

— Bye — dijo de espaldas con desinterés desapareciendo por la gran puerta del castillo

— Qué le pasa? — preguntó el erizo confuso, el zorro solo pudo elevar los hombros y hacer una mueca, Sonic quedó igual o incluso más confundido cuando Tails esquivo el tema y no se habló más de él


Dicen que hay cosas que ni siquiera los más inteligentes pueden saber, y hay otras que deben ser calladas por el bien de ellos...



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