2. Tía Amy

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Desde que era una niña tenía claro que su destino estaba a lado del erizo azul, aquel héroe valoroso que no dudaba en enfrentar al mal con tal de que sus amigos y su mundo estuvieran a salvo

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Desde que era una niña tenía claro que su destino estaba a lado del erizo azul, aquel héroe valoroso que no dudaba en enfrentar al mal con tal de que sus amigos y su mundo estuvieran a salvo. Si, ella quería formar parte de su vida, pero no de esta manera...

Ahora se dirigía nuevamente a lo que era el taller de Tails dentro del castillo, había recibido la llamada de que los reportes ya estaban listos, por lo que, no tenía más remedio que acudir para cumplir con el protocolo establecido, camino por los largos pasillos que parecían interminables, cuando unos ruidos bastante fuertes la hicieron detenerse de golpe, al parecer hubo un altercado en la cocina, más específicamente, un robo a mano diminuta por unas galletas...

Los pequeños atracantes salían lo más rápido posible de la escena del crimen con una sonrisa en su rostro y una bandeja llena de galletas, la eriza los miro con una sonrisa ladina, qué podía hace?, Así son los niños, no podía culparlos, ellos no notaron su presencia, así que soltó un suspiro de resignación y continuo su camino hasta llegar a la "oficina" de Tails

Tocó la puerta por educación, un "pasé" se escuchó del otro lado de la puerta, abrió con cuidado solo para descubrir el zorro en el suelo rodeado de muchos artefactos y piezas revueltas

— Amy! Qué bueno verte! — expreso con alegría el rubio levantándose y sacudiendo el polvo de su bata de trabajo

— Lo mismo digo, qué tal todo? — saludo amigablemente la eriza

— Todo normal, nada nuevo en realidad — aclaro el menor con una sonrisa — Ven, los documentos están en la mesa, entre más rápido los firmes, mejor —

Ambos continuaron por aquel cuarto, hasta llegar a una mesa grande llena de libros y papeles, a la vista de la eriza era un verdadero desorden, pero para que el rubio ese era su perfecto caos — No te vendría mal acomodar algunas cosas, Tails — mencionó ella con sarcasmo

— Me gustaría tener el tiempo para eso — respondió el ojiazul con un poco de vergüenza — Aunque, quizás, tú puedas ayudarme con eso — añadió con un leve tono de esperanza

— Buen intento — comentó la pelirrosa con una sonrisa ladina mientras se dedicaba a firmar papeles — Sabes bien que entre más lejos este del castillo, mejor —

— Y eso a qué se debe? — pronunció una voz grave desde detrás

— Knuckles! —  dijo ella con sorpresa, no esperaba ver al echidna aquí

— A mi también me da gusto verte — mencionó con sarcasmo el mayor acercándose a la eriza con los brazos cruzados — Sobre todo por qué a penas y te hemos visto últimamente —

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