¿Qué haces cuando el amor de tu vida ha olvidado todos los momentos que pasó a tu lado?
Missa no está seguro de cómo manejar la situación, pero quizá con un poco de tiempo, Spreen logré recordar ¿O no?
《Porque en otra vida, él podría ser su chico》
...
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Missa fue el primero en estar de pie esa mañana, logró quitarse de encima los brazos ajenos pertenecientes a su mejor amigo, reemplazando su presencia con una almohada antes de salir al único balcón que poseía la casa; su mirada surfeo los recuerdos, cada espacio nuevo dentro de aquella casita que suponía albergar a cuatro amigos, pero convirtiéndose en un nido de tragedias que ya no lucía para nada igual a cuando la abandonó.
Se sentó en una de las sillas, tenía la vista perfecta a los terrenos de la casa de Ramón. Se preguntaba si estaban bien, no volvieron a hablar después del incidente del hombre y Bad le prohibió acercarse a la torre de Vegetta y no hubiera hecho caso de no ser porque Philza también había insistido. De lo contrario, le hubiera entregado al híbrido el cuadro que Chayanne pintó para él.
Exhala, humo blanco sale de su boca, el inicio del invierno se distingue en los tonos grisáceos del cielo y la brisa mañanera aún más helada que antes, entonces recuerda.
"¿Y Spreen?" Preguntó al encontrar a Shadoune en la sala de cofres, el ente estaba metiendo cosas en su mochila.
"Está durmiendo" Contestó con simpleza el demonio.
"A estas horas, es un poco tarde" Spreen no era del tipo de quedarse en cama todo el dia, por eso se le había hecho raro no encontrarlo ni haber escuchado de él desde que se había ido a casa de Mayichi (con ayuda de Rubius) ni tampoco haber recibido un mensaje de buenos dias de parte de su pareja.
"No lo se, podrias ir a verlo" Missa asiente, quizá se sentía mal y con un poco de medicina podría recuperarse "Iré con Quackity a la mina, estarán solos por un rato" declara Shadoune un vez cierra la mochila pasándola por detrás de los hombros y ajustandola. Era común que la pareja se fuera ocasionalmente, más que nada intentando escapar de la vigilancia de Rubius.
Se despidió de ellos y fue directamente a la habitación de Spreen, estaba cerrada pero por suerte tenía una llave que Rubius le había dado en caso de emergencia. Esta era una, o así consideraba el no haber recibido un beso en todo el día.
"¿Spreen?" el cuarto se veía desolado, la cama junto a la ventana le otorgaba claridad, no había mucho más que el cuerpo relajado de su pareja descansando plácidamente, con las cobijas hasta el cuello y sus cabellos azabache enredados.
Se acercó despacio para evitar algún sonido indeseado que le despertase aunque ese fue su objetivo, sin embargo, recibe un leve gruñido "Osito..." y cuando estuvo lo suficientemente cerca, no hubo tiempo de reaccionar cuando Spreen tomo su brazo y lo arrastró bajo las sábanas junto a él.
Missa se puso rojo hasta la coronilla, además de abrazarse y darse besitos timidos, jamas habian estado tan cerca, podía escuchar el latir calmado de Spreen, la paz inundando cada espacio de su intranquilidad y antes de dudar, abrazo al híbrido disfrutando de su compañía, el plan de ese dia fue no moverse más de ahí.