Dos

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Iba a ser difícil, no era algo que Sunoo no se esperará de todas formas pero no sabía cuan difícil le iba a resultar el convertir al cerebrito de Heesung en un novio promedió

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Iba a ser difícil, no era algo que Sunoo no se esperará de todas formas pero no sabía cuan difícil le iba a resultar el convertir al cerebrito de Heesung en un novio promedió

Después de que aceptará ser su novio no paso mucho más por ese día, volvieron a sus salones y terminaron la cursada de forma normal, Sunoo lo busco en la salida pero su chico ya no estaba en el establecimiento educativo

Se había ido, sin despedirse y sin darle su número telefónico, por lo que Sunoo volvió a su casa sintiéndose exactamente igual que todos los otros días

Cómo si no tuviera nada, como si nada hubiera cambiado en realidad

Fue por ello que al día siguiente se decidió esforzar más, por eso es que en cuánto el timbre indico el receso del almuerzo, Sunoo se quedó esperando ansioso que todos sus compañeros se fueran del salón de clases

Porque sabía que Heesung no salía al patio, se quedaba dentro del salón a esperar la próxima clase o dormir sobre su mesa, lo sabía porque varias veces se quedó allí con él solo para poder admirarlo un rato más

Hee estás haciendo las cosas mal —lo regaño en cuanto estuvieron completamente solos, parándose delante de la mesa del chico con gafas

El mayor lo miro aburrido, en silencio

¿No piensas preguntar que estás haciendo mal? —volvió a protestar el rubio

Heesung bufo con fastidio y decidió darle el gusto al molestó chico

Dime qué hice mal Sunoo

— ¡Muchas cosas! —protesto en voz alta

El mayor creyó que estaba exagerando, pero al ver al chico de brazos cruzados y en completo silenció le fue inevitable no fruncir el seño y cuestionar

— ¿Enserio? ¿Tantas? —sus dudas salieron disparadas, de forma totalmente inocente porque no entendía que tanto hizo— pero si empezamos a salir ayer

Sunoo bufó molestó al oírlo, aún con sus brazos cruzados y esa expresión que a Heesung le disgustaba aún más que su tonta sonrisa de todos los días

— ¡Entonces recuerdas eso! —volvió a exclamar con ironía

El mayor le contestó simple, tranquilo aún en su asiento

— Lo hago

Lo que sacaba aún más de quicio al rubio quién se agarró su cabello con ambas manos por la frustración y comenzó a exclamar en voz alta todas esas cosas que le molestaron del accionar, o más bien no accionar, de su novio

— Si lo sabías, deberías saber también que no te despediste ayer de mí, no me diste tu número de teléfono ni me diste los buenos días hoy —fue enumerando uno por uno lo que para él eran cientos, pero en realidad eran tres o cuatro pequeños errores de un primerizo, pero el último de ellos pareciera que fue el que más afectó a Sunoo— ni siquiera me miraste hoy...

Waste it on me -HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora