Un final triste.

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Ya ni se cuantas veces intente escribir un final feliz, o un verso feliz.

Me atormentaba el pensamiento de verme incapaz de plasmar felicidad entre mis líneas.

Escribí cientos de poemas, miles de palabras nacidas de mis ideas, y en todas había firmado mi alma. La firma de un alma triste.

Comprendí después de mucho leer y escribir que no anhelo transmitir felicidad. 

Para mi un buen final no tiene que hacerte soñar con el amor de verdad.

Me conformo con hacerte suspirar, aunque debas pagar el precio de una lagrima al final.

Poemas cortitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora