Mi propia firma.

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Todo buen poeta ha firmado alguna vez un poema.

Mi firma difiere de mi nombre, es distinta, posee otro molde.

Reconocerán mis versos porque hablan del sentir, o de dejar de sentir.

No soy un mago capaz de tocar el mana vital de ningún ser vivo.

Mis versos no deseen provocarte escalofríos, pero provocaron los míos.

Firma aquel que no conoce otra forma de vivir, porque vive para escribir.

Poemas cortitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora