Capítulo 1: Reino Oscuro

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El atardecer abrazaba el castillo de Dangjin, llevándose el ultimo brillo anaranjado del cielo

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El atardecer abrazaba el castillo de Dangjin, llevándose el ultimo brillo anaranjado del cielo. Aunque la ciudad poseía los mejores cultivos de verduras, grandes cabezas de ganado, una economía que iba a alza y mucha población, lo que menos hacía era brillar; su alegría se fue desde el primer momento en el que Lee Donghae fue coronado como rey.

Había mirado al pueblo con desdén, mientras una sonrisa torcida se dibujaba en su rostro como si hubiera logrado lo que más deseaba: poner a su merced a todos los que allí habitaban.

Y nadie entendía por qué, si antes que su padre falleciera era un rayo de sol cuya sonrisa podía aliviar hasta al más pequeño niño que le hablaba de que quería ser príncipe como él; allí se quedaba, jugando con él, enseñándole a ser príncipe de la manera más tierna que podían ver.

Y su padre le miraba desde la esquina, afable y orgulloso de su hijo, con gran expectativa del rey en el que se convertiría en el futuro.

Muchos de los pobladores decían que menos mal el rey no estaba viendo el cambio tan drástico en Donghae, que ahora mostraba el interés en los jóvenes, a quienes llamaba para satisfacer sus placeres carnales, para ser sus acompañantes que lo adulaban de pies a cabeza.

Algunos decían que incluso había comenzado a practicar el canibalismo, ya que los chicos que lo acompañaban desaparecían después de estar con él por una semana y aparecía públicamente con otro chico o chica, como si el anterior nunca hubiera existido.

Habían planeado una redada contra él hace tres días, pero por alguna razón el ambiente les hizo cambiar de opinión y no lo hicieron.

Así leía Lee Hyukjae en el panfleto que había recibido del mercader; se había sentado en el patio delantero de su hogar, el cual, era su lugar favorito para después de almorzar con su familia.

- Cobardes – musitó Hyukjae arrugando y tirando el papel lejos de él. Y cayó en un lugar que no le importó.

- Oye, no tires nada a los campos, puedes arruinar la cosecha – le reprendió su padre con un golpe en su nuca que le hizo levantarse de la silla.

A regañadientes, levantó el papel y lo metió en el bolsillo.

- ¿Leíste algo de esta porquería?

Su padre suspiró y asintió con pesadez. Estaba tan frustrado como él con este tema; su hijo mayor, Jungsoo, había desaparecido misteriosamente luego de ir a pedir mejores condiciones para los agricultores al rey.

Y era extraño, ya que no había ido solo, si no que con dos amigos de su padre que tenían toda la convicción de hacer entrar en razón al rey para generar un cambio y volvieron al pueblo hablando que Jungsoo se había perdido y que el rey les había convencido de que sus actuales condiciones estaban bien.

No, no estaban bien; no desde que Lee Donghae puso un pelo en esa corona.

Sus horas de trabajo eran más extensas y estaba pagando menos por kilo de arroz comerciado en el pueblo. Eso era una total explotación; pero ni el rey ni el reino estaba viéndolo.

Serpenti [Eunhae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora