Los ojos de los dos chicos se deslumbraron cuando hallaron frente a la inmensidad del castillo real.
En sus alrededores la gente se encontraba en sus actividades diarias. Las vendedoras gritaban llamando a las personas en la calle principal a que se acercaran a sus tiendas para que vean sus productos realizados a mano y que les podían dar un buen precio.
Había uno que otro restaurante, cuyo aroma tentaba a ambos a probar sus platos, pero con el justo dinero que traían no podían darse ese lujo. Dalnim prácticamente se había colado al viaje, solo podía destinar ese dinero para que lo cuiden en un establo durante el tiempo que esté en la ciudad.
Cada paso que daban los acercaba cada vez más al castillo. El corazón de Hyukjae latía errático de nervios por lo que se iba a encontrar ahí dentro.
El rugir de su estómago lo distrajo de sus pensamientos.
Solo pudo lamentarse.
- ¡Forasteros! – la voz de una mujer les hizo voltear a ver a uno de los restaurantes de la calle principal - ¡Vengan a probar la deliciosa sopa de la familia Kim!
La mujer de media edad tenía el cabello azabache tomado en un peinado recogido que no le dejaba al aire ningún mechón, su vestido era simple y estaba impecable; Hyukjae incluso pudo recordar a su madre cuando hacía la comida para toda su familia, quien iba a buscarlos al campo para avisarles que estaba todo listo para ellos.
Respiró hondo y con ello pudo percibir el aroma tan hogareño de la variedad de verduras cocinándose a fuego lento en la cacerola.
- Se ve tan maravillosa – dijo Kyuhyun, lamentándose mientras veía que la señora revolvía la sopa – vamos por Dalnim y que nos devuelvan el dinero.
Hyukjae lo vio perplejo; por supuesto que no iba a hacerlo.
- De seguro van a ver a su majestad – respondió nuevamente la señora – por favor, pasen, les daré un poco de sopa, cuenta de la casa.
No podían perder una oportunidad como esa, sobre todo si hay comida gratis de por medio. Hyukjae pensó que sería buena instancia para hacer algunas preguntas.
El restaurante por dentro tenía un par de mesas y se iluminaba por la fogata central que mantenía caliente la comida del día. Se sentaron en una de las mesas que se pegaba a la pared y la señora sirvió dos platos abundantes de sopa.
Los dos muchachos se sintieron plenos al darle el primer sorbo.
- Señora, tengo una pregunta – la señora volteó a ver a Kyuhyun con una sonrisa dispuesta - ¿Por qué no hay... jóvenes en el pueblo?
Hyukjae abrió los ojos con sorpresa. Ahora todo tenía sentido: la forma en que los veían cuando habían cruzado la puerta y el gran interés por su presencia.
- Los jóvenes han sido bendecidos con trabajar para su majestad, así que están en el palacio con él.
- ¿ Y usted está bien con eso? – Kyuhyun había vuelto a preguntar, aun con la comida en la boca – Quiero decir, supongo que serán sus esclavos.
- Para nada – dijo mientras depositaba otra cucharada de sopa con muchas verduras en su plato – cuando nuestro hijo fue llamado a servir al rey, estaba tan feliz; era un orgullo que su majestad lo tomara en cuenta.
Hyukjae solo pudo sentir escalofríos por esa respuesta. No sabía por qué, precisamente.
Y tampoco sabía por qué Kyuhyun estaba tan tranquilo devorando ese plato de sopa.
- Espero que también puedan ser elegidos por su majestad – sentenció la señora.
Esta vez, Kyuhyun se estremeció y dejó caer la cuchara en el plato por la desagradable sensación.
- Bu-bueno – titubeó Hyukjae - de todas formas, escuché que su majestad es bastante guapo.
- Claro que lo es - la señora azotó su paño de cocina contra el hombro de Hyukjae, haciendo énfasis en sus palabras – ya lo podrás comprobar por ti mismo. Y es tiempo de que vayan, su majestad solo recibe gente hasta el mediodía.
Ambos tomaron los platos y tomaron hasta la ultima gota de la sopa, le dieron las gracias a la señora que al recibir los elogios sobre su comida solo se limitó a reír y brindarles la buena suerte, repitiéndoles sus deseos de que pudieran correr la suerte de quedarse en el palacio.
El corazón de Hyukjae latía errático; tanto por la ansiedad de llegar a tiempo como por el nerviosismo por lo que se iba a encontrar dentro del castillo.
Caminaron rápido hasta encontrarse con las enormes puertas, las cuales estaban abiertas debido a lo que les había dicho la mujer.
El palacio era sobrio y elegante, las paredes estaban cubiertas de estandartes de color rojo como la sangre con bordes dorados y en el centro el emblema de la familia real, con un tigre como animal representativo.
Los retazos de tela real también caían desde el techo adornando el camino hacia el trono real que se encontraba al final del pasillo. Podía ver a lo lejos una silueta sentada en el trono, acompañado de dos más que le rodeaban. Cuando se acercó más pudo ver que eran chicos jóvenes; uno le acariciaba el cabello y el otro le lustraba los zapatos.
Sus acciones terminaron cuando el les indicó con la mano que debían parar. Se levantó de su asiento acercándose a ambos chicos con lentitud. Hyukjae lo veía hacia arriba ya que tenía un par de peldaños frente a él.
Hyukjae estaba pasmado ante la belleza del hombre, su cabello castaño y lacio le llegaba hasta casi topar con sus hombros; dicha melena estaba adornada de una corona con incrustaciones de perlas y joyas de color rojo y azul turquesa.
Ambos chicos hicieron una reverencia en 90 grados como saludo de respeto.
- ¿Qué los trae por aquí, campesinos?
La voz aterciopelada que salió de sus labios tomó a Hyukjae por sorpresa y le hizo levantar la mirada. Recibió una con veleidad como respuesta.
- Su majestad Lee, hemos venido a hablar sobre el ajuste de precios, no creemos que sea lo más adecuado para los campesi...
- ¿Creen que es... injusto? – interrumpió añadiendo una risita burlona
Hyukjae titubeó en responder.
- Pues, yo creo que sí, es la segunda vez en este tiempo que ha ajustado los precios y cada vez estamos peor, yo...
El rey hace un gesto violento con su brazo, estirándolo hacia el lado y agitando su capa de terciopelo. Las puertas se cerraron a sus espaldas dando un gran estruendo.
Los chicos se estremecieron cuando escucharon a sus espaldas como los guardias se ponían frente a las puertas dejándolos sin escapatoria. El rey nuevamente los recorre con la mirada y se dibuja una sonrisa ladina en el rostro.
- Creo que podremos llegar a un acuerdo.
ESTÁS LEYENDO
Serpenti [Eunhae +18]
FanfictionEl reino de Dangjin había perdido a su monarca debido a una muerte misteriosa. Y su hijo Lee Donghae había ascendido al trono por sucesión. El chico había tenido una maravillosa reputación de un chico gentil y cercano a la gente; hasta que la corona...