Prólogo

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───Videojuegos. ¿Vienes?

Llevaba una hora tras de Ivan, estaba cansado, sí, pero quería estar con su mejor amigo y disfrutar de el tiempo libre junto a él.

Pero su novia acaparaba todo su tiempo y Rodrigo apenas lo tenía durante la escuela, prácticamente un nada.

───Hoy no, Ro ───dijo el azabache.

Rodrigo suspiró, porque a pesar de no ser la primera vez que lo rechazaba para salir, estaba harto de que su tiempo se lo dedicara casi parcialmente a ella.

Por supuesto Ivan notó el pesar de su mejor amigo.

───Pero otro día, pequeño ───trató de enmendar lo que dijo anteriormente.

───Siempre decís eso y nunca venis conmigo ───se quejó, pues era más que suficiente decirlo por cuarta vez en la semana───¿No podes dejar a tu novia por un día nada más? Sólo hoy, por favor.

Ivan suspiró───Mira Ro ───habló tratando de explicar, pero ya conocía la mayoría, aunque siguió escuchando───, sabes cómo es ella, además, planeamos esto ya varios días. Iré contigo... ¿qué te parece mañana?

───Prométeme que irás mañana, Ivan ───volvió a decir. Ivan era su mejor amigo, y el único prácticamente, perderlo de esta manera, le dolía un mundo.

Él le sonrió, y por ende Rodrigo murió internamente.

───Te lo prometo, Rodrigo ───dijo de la misma manera, pero ahora acariciando mi cabeza con su mano.

Estaba totalmente ido en su mirada. Era la más bonita de todas, es una lástima que vieran otros ojos. Igualmente sus labios, son los más bonitos, es una lástima que toquen otros.

Ivan era su mejor amigo, desde siempre, básicamente.

Lo amaba por sobre todas las cosas, pero sus ojos no lo ven a él, lo que es deprimente pero una ventaja, así no verá que ya no lo ve sólo como su “mejor amigo” y se enamoró de él sin querer.

───Ahí viene ella ───quitó su mano. Rodrigo sintió esa pesadez nuevamente───Nos vemos, Rodri.

A los segundos, se acercó a ella y la tomó de la mano.

Caminaron con las manos entrelazadas mientras Rodrigo simplemente los observaba alejarse y casi desaparecer de su vista.

El pelinegro se rompió por dentro, le dolió aquello, aunque no fuera la primera vez, pero siempre se sentía como si lo fuera.

A la vez que Rodrigo siempre pensaba que desearía ser ella.


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