𝗜 𝗪𝗜𝗦𝗛 𝗜

OO1

𝗠𝗲𝘀𝗲𝘀 𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀

Rodrigo se encontraba recostado al hombro de su mejor amigo luego de la clase de educación física.

Su cuerpecito estaba cansado de haberle dado tres vueltas a la cancha de fútbol, mientras, Ivan estaba como si nada, pero era casi obvio.

Uno tenía porte de atleta y el otro, bueno, le gustaba mucho asistir a sus clases de fotografía.

El castaño era fan de descansar de esa manera luego de las clases, principalmente porque Ivan le daba paz.

El azabache giró su cabeza, viendo como el otro se recostaba sobre su hombro, respirando agitadamente debido a la actividad física realizada.

───Tengo que decirte algo ───le dijo al bajito.

Sin moverse mucho, se acomodó mejor para poder verlo de manera que se diera cuenta de que le estaba poniendo atención.

───Te escucho ───le respondió a Ivan.

Tomó la botella y la llevó a su boca, el agua se sintió muy refrescante.

───¿Te acordas de Valentina? ───la garganta del castaño hizo un sonido, haciendo entender a Ivan que recordaba quién era.

El otro pelinegro lo pensó antes de decirlo, dejando a Rodrigo en una total intriga, la cual Ivan sabía que odiaba.

Y finalmente habló───La invité a salir.

Rodrigo prácticamente escupió el agua, aquello fue un golpe directo para él.

Sabía que en cualquier momento pasaría, pero no estaba preparado mentalmente para ello en ese momento.

Ivan le observaba confundido, jamás pensó que reaccionaría de esa manera, pero le ayudó a que el otro no terminara ahogado.

Rodrigo había sido su mejor amigo desde toda la vida y pensó que se pondría feliz por ello, pero más bien, le confundió su reacción ante sus palabras.

Quizá no debió decirle, o quizá sí.

───¿Estás bien, Ro? ───preguntó el azabache cuando Rodrigo estuvo mejor.

───Estoy bien, estoy bien ───respondió el castaño.

Estaba anonadado, no le molestaba, Ivan podía hacer lo que le diera la gana, pero algo en él se rompió un poco y aún sí tenía que mostrarse feliz por su mejor amigo, porque se supone que tenía que estarlo. ¿No?

Tampoco es que quería que Ivan se diera cuenta de que le gustaba.

Temía que sí eso pasara, el otro se alejara, o dejaran de ser amigos.

Suponía que dejarlo en la friendzone dolería menos que perder su amistad con Ivan.

Pero igual no lo haría, no dañaría aquello que construyeron juntos durante años, no se lo permitiría.

───Qué bueno que la hayas invitado a salir, Ivu.

───No es todo, Ro.

El castaño abrió sus ojos un poco más, esperando que el otro continuara con la historia.

───Ella me dijo que sí ───continuó. Rodrigo se hundía poco a poco y sentía que estaba perdiendo a su amigo, pero tenía que seguir feliz───Saldremos hoy, de hecho.

Pero aún con un nudo en su garganta, era necesario decir algo, no ser de dar indicios de que algo malo le ocurría.

───Espero que te vaya muy bien, Ivan ───decía Rodrigo pero esas palabras realmente le dolían.

Se había acostumbrado a que su amigo sólo tuviese ojos para él y nadie más, sabía que estaba mal, pero igual aceptó eso.

───Gracias, Rodri ───Ivan sonrió.

Lo tomó y lo abrazó. Rodrigo simplemente correspondió al abrazo, pues no lo dejaría colgando, era su mejor amigo luego de todo y lo amaba.

Ivan por inercia y además porque lo conocía, sabía que, a pesar de su buena cara, él no estaba del todo feliz, pero vió aquel esfuerzo que hizo por estarlo y lo cual lo reconfortó.

Pero también lo dejó con muchas dudas del por qué de la reacción del castaño entre sus brazos, le llenó la cabeza de muchísimas preguntas.

Por otra parte, Rodrigo necesitaba que él se fuera, quería ir a encerrarse en el baño sólo a estar triste sin que nadie más lo molestara, pero tampoco quería parecer que estaba echando a su amigo, así que sólo siguió.

───Tengo que estar listo antes de las cuatro ───dijo Ivan rompiendo el abrazo que formaban hace unos segundos───Me voy, Ro. ¡Deséame suerte! ───gritó a lo lejos corriendo y desapareciendo de la vista del bajito.

───Suerte... ───suspiró al estar solo finalmente.

Pero la suerte era más bien para el castaño, Ivan era todo un galán, y Rodrigo tan sólo estaba bajo su sombra, lo que no le importaba pero lo acostumbró a nunca estar sólo.

Como ahora.