𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐜𝐭

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Acaba de terminar de recoger todo el desorden que hice. Pero todo esto valdría la pena.

Hoy tenía una reunión con más artistas para conocernos y hacer una futura colaboración que alocaría a la mayoría de las personas.

Cabía aclarar que yo ya conocía a la mayoría excepto a una banda que si fuese sincera nunca había escuchado sobre ellos.
Pero no me molestaría hacer más amigos, al contrario me alegraba.

Entré al restaurante y al instante la chica alegremente me dijo la mesa que tenía agendada, me recibió muy amable y me guío donde estaban todos mis compañeros.

Saludé a todos con un pequeño beso en la mejilla, deteniéndome en unos cuatro chicos que no conocía de nada.


-A vosotros no os conozco. - Para mí eso no sonó muy amable, me arrepentí al instante - Soy ___, un gusto

-Nosotros somos Tokio Hotel. Igualmente - Un pelinegro me alzó la mano para estrecharla, la acepté gustosamente - Yo me llamo Bill Kaulitz.

-Soy, Tom Kaulitz. Ellos dos son George y Gustav. - Un chico con rastas se levantó de su silla para que igual le estrechara la mano - Gusto ___.

La cena transcurrió normal, de vez en cuando reíamos por los comentarios de alguien. La pasamos muy bien.

En mitad de la noche una mujer bastante atractiva preguntó por mí y por el chico que anteriormente había hablado con él, el de rastas para especificar.

Me levanté confundida y seguí a la pelirroja y a ambos nos guío a una sala, con dos sillas en frente de un señor que vestía bastante formal.

Lucía con una cara seria y por toda la mesa estaba llena de papeles.

-Oh, veo que ya estáis aquí, tomad asiento - A la par nos sentamos enfrente como nos indico - Bueno, seré directo. Con mi compañía estuvimos pensando en algo para extender vuestra fama. Un contrato para que ustedes dos sean pareja temporalmente. Cuando consigan la fama, podrán terminar con el contrato, deberán de actuar como pareja enfrente del público.

-¿Qué? No haremos eso, es jugar con la mente de alguien y no ganaré mi fama de esa manera - Negué con la cabeza mientras me erguía en mi silla - No solo con la gente si no con nosotros mismo.

-Yo acepto. - Se agachó para agarrar aquel plumón azul y firmar la hoja que anteriormente puso enfrente nuestra - Es una gran oferta.

-¿Firmarás eso? ¿Enserio? - Confundida lo miré, solamente asintió con la cabeza, me rendí- Bien, lo haré.

-¡Perfecto! Tendrán condiciones, una de ellas será vivir juntos. Recuerden que es temporal, no será para siempre, pero por ahora lo tendrán que hacer - Recogió todas esas hojas que se acumulaban en el escritorio y las guardó - Se pueden retirar.

Ambos nos levantamos de nuestros asiento y salimos fuera de ahí, antes de que puediese dar un paso más agarré su brazo para ponerlo enfrente mía.

𝐅𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬; 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora