𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐧𝐞𝐰 𝐡𝐨𝐮𝐬𝐞

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Ahí me encontraba, sentada en un taxi con mis 4 maletas en la parte trasera. Sí, la noche anterior hice todas las maletas en un momento de pánico.

Me llamaron justo cuando había logrado reconciliar el sueño, diciéndome que tendría que mudarme ya porque supuestamente si lo hacía más tarde tendrían problemas.

No me quedo de otra que ser obediente, el taxi paró y le dí una propina para bajarme. Estaba apunto de tocar el timbre pero , me cuestioné.

¿Estoy preparada para hacer esto?

Una pregunta bastante idiota, debería de haberme preguntado eso antes así que simplemente toqué el timbre y esperé a que me abrieran.

El chico de rastas salió aún somnoliento. Con cara de confusión y a la vez de asombro.

-¿Qué haces tú aquí, chica? - Preguntó mirándome de arriba a abajo - Sé que teníamos que vivir juntos, pero eso sería en un tiempo no ahora.

-Es una larga historia. - Pause un poco haciendo una mueca - No soy yo la que decidió hacerlo hoy.

-Tengo todo el día. - Se apoyó en el marco de la puerta - Cuéntame.

-Bueno, me llamaron por la noche, muy noche, diciéndome que tendría que ir mañana mismo porque si no tendrían problemas - Expliqué pacientemente - ¿ya?

-Entiendo, ven acompáñame, te buscaré una habitación vacía - Se apartó dejándome paso, pudiendo ver la lujosa casa que se podía notar desde la entrada - Simplemente tendrás que ir todo recto a la derecha, ahí tendrás una habitación para tí.

Me acompañó hasta la habitación para que no me perdiera, lo cual me ayudó mucho porque la casa por dentro era aún mucho más grande.

Dejé mis maletas y todas mis cosas en el suelo, viendo ahora sí atentamente a los detalles de la habitación. Se veía tan hermosa.

Abrí una puerta que al parecer era un armario, pero perfectamente podría haber otra habitación ahí, estaba segura de que me sobraría bastante espacio.

Escuché como tocaban la puerta, fui a abrir para ver quién era.

Hola! - El chico pelinegro que la otra noche me había saludado estaba ahí - Me dijo mi hermano que te quedarías aquí  por una colaboración, ¿no es así?

Al parecer había tenido cuidado de no decirle la verdad, pero supongo que sospecharía; ¿si vamos a hacer una colaboración porqué vendrías a mi casa? Quédate en la tuya, duh.

-Sí, así es. - Solo le dediqué una pequeña sonrisa - No sé cuánto tiempo me quedaré pero te aseguro que no habrá escándalo.

-No, no te preocupes podremos ser muy buenos amigos - Me devolvió la sonrisa - Te dejaré, supongo que tienes muchas cosas que arreglar.

𝐅𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬; 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora