Una noche tranquila en Hogsmeade, como siempre algunos bares llenos de borrachos y magos depresivos que sacian su tristeza con alcohol y musica muggle y un poco del mundo mágico.
Año 1993.
Narrador Omnisciente
T/N Brown, una bruja de sangre pura y una de las más poderosas de su época, considerada como una profesora intachable y una de las más hermosas. Pero en verdad era cierto?, me parecía que esa profesora se convirtió en una bruja un poco amargada y gruñona, ahora estaba en el bar más cercano del castillo, el colegio Hogwarts, donde trabajaba como profesora de herbologia, fue rápida en escabullirse, siempre pensando en las cosas buenas de la vida y en el sexo. Hace varios meses que salía con hombres pero nadie sabía satisfacerla, nadie llenaba la lujuria de su naturaleza. Tantos años, 34 años en total y no había tenido sexo de su agrado en años, era hermosa claro, en forma para su edad, pero nadie la llegaba a complacer.
Estaba en una mesa de aquel bar, tomando un whisky de fuego mientras miraba a varios adolescentes románticos besarse y pasarla bien como los chicos estúpidos que eran, estudiantes suyos que como ella se habían escabullido por el castillo a tales horas de la noche.
Mirando siempre atenta y sensual, para los ojos de hombres, tan solo verla con su camisa de trabajo, bien planchada y lavada, dejaba ver el color de los pezones pues su afán de nunca traer sostén la hacia verse sexy, su pelo largo y pelinegro, sutilmente en rizos caídos por sus hombros dejando remarcada la clavícula, sus pantalones Oxford remarcando los muslos de tales piernas cruzadas, una buena vista para quien entrara por la puerta de aquel bar.
Estaba rendida, pensaba en acostarse con cualquier hombre que se le acercará, tan solo quería saciar un poco sus pensamientos sexuales con tal profesor que en su pasado tuvo una aventura.
Suspiro pesadamente, dándole un trago más a la bebida, miro abajo pensativa, tan solo un momento de distracción basto para que interrumpieran su pensamiento. Un hombre se sento a un lado suyo. -maldita sea Merlin- El hombre de esos pensamientos, dueño de su infancia y fantasías, el hombre que sutilmente la miro inexpresivo como siempre, pero con un toque brilloso en el. Su olor peculiar a lavanda, té de menta, aceite de díctamo y una sutil nota de perfume muggle, le daba el toque varonil y con la energía femenina que tanto le excitaba, su nariz aguileña, su piel blanquecina y su seño siempre serio y autoritario, su postura dominante.
Profesor Snape, ¿viene por un trago?. -pregunto sin mirarlo, dándole otro sorbo a la bebida-.
Snape: Exacto, no es obvio. -la miro inexpresivo, mostrando una nota irritada, mientras el pedia un vodka doble ella lo miraba de arriba para abajo, tan solo verlo y sentirlo tan cerca le hacía daño, esa mujer estaba enamorada de él desde su infancia, pero el siempre tenia sus ojos en aquella pelirroja y aún que iban en la misma casa y fueron amigos por un tiempo, el no lograba verla de una forma más allá, por lo menos no ahora, ella y el habían tenido una aventura en el pasado antes de que la joven y bella Lily Potter muriera en esa tragedia de asesinato.
Su mirada regresó a ella, alzando una ceja al notar la mirada de ella, como si se lo estuviera comiendo con la mirada, y en realidad así era pero no podía decir mucho, ella apartó la mirada, mirando hacia su bebida que tan solo tenía unos cuantos tragos más. El whisky de fuego era uno de los más fuertes.
Snape: ¿Esta noche es fría, que haces aquí?. -dijo con un tono más claro, más calmado-
Solo, quería pasar el rato, es una noche. -penso por un momento dándole otro trago a la bebida- es una noche fría pero muy calmada. -lo miro por un momento, sus ojos, labios, cejas, todo, se aclaró la garganta y suspiro- Dime porque viniste, normalmente no vienes a Hogsmeade, menos a tomar.
ESTÁS LEYENDO
Una descabellada historia de amor.
RandomLa profesora T/N Brown siempre á estado enamorada del profesor Snape, desde su niñez, como estudiantes de Hogwarts ella tubo un gusto muy íntimo por Severus, pero el no la miraba con los mismos ojos que aquella pelirroja y aunque muchas veces sintió...