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Los altavoces siguen sonando mientras corremos al laboratorio, han apagado las luces con la alarma que advierte a toda la base.

Estamos en luz roja lo que significa que ya Stefan, no tiene el control de la situación sino Alexio quien ha enviado otro comando.

— ¿Qué pasó aquí? —la lentitud con la que habla causa escalofrió—. Hay dos capsulas rotas y un caníbal haciendo de mi piso favorito una carnicería. Me explica, doctora.

—Hu-hubo un acci... incidente... y-y-y Virgo escapó cuando se fue la luz y.... y...

Que me despidan es lo de menos. Trabajo en la base militar científica más confidencial del puto mundo por lo que solo tengo dos opciones: el fusilamiento o sus clásicas desapariciones.

—Con la ida de luz falló la capsula de Virgo —Stefan toma la palabra cuando ve que se me baja la presión—. Asesinó al Doctor Alejandro y se hizo pasar por él.

— ¿Se hizo pasar por él? —repitió—. ¿Doctora, puede verme a la cara?

Quiero llorar.

—Experimento  06 desarrolló sus habilidades de mimetización, evolucionando a un metamórfico bastante peligroso. Pudo adaptarse a la estructura ósea e igualar cuerdas vocales del doctor Alejandro.

— ¿Y dónde está Virgo? —Alexio se aproximó a mí.

—Muer...

—Mató a mi cabo y atacó a la doctora, tuve que disparar.

Agache la cabeza cuando la fría mirada de Alexio se enfocó en mí.

— ¿Doctora, con el cuerpo de 06 puede clonar su nuevo ADN?

Moví la cabeza, asintiendo.

—Coronel Erwin, tiene permiso de disparar a Experimento 05, con la condición de que me traiga su cuerpo en el mejor estado que pueda para que la doctora puede rescatar su ADN.

— ¡Si, Señor!

El moreno acató la orden saliendo del laboratorio con su comando.

Luego Alexio se giró hacia mí y con una voz aún más fría, declaró:

—El Proyecto Zodiaco sigue en pie.

Sentí como si me quemaran la medula espinal, las manos me empezaron a temblar y no sé con qué fuerza me mantuve de pie hasta que mi jefe se fue.

El Proyecto Zodiaco sigue en pie.

Al maldito viejo no le importó la muerte de Ale, ni la del guardia y tampoco se afligió cuando Stefan admitió haber disparo a Virgo por atacarme.

No le importó.

— ¿Qué se sabe de Leo? —Stefan me saca de mis pensamientos.

—Lo único que come es carne, específicamente cruda —me acerque a lo que quedaba de su capsula y cogí su expediente—. De niño era veloz, a medida de su crecimiento se volvió sumamente fuerte, tanto que... hace 5 años rompió una pared, de metal.

— ¿Desde cuándo están con el proyecto zodiaco? —hizo la pregunta.

—Hace 10.

 — ¡Esa cosa tiene 10 años!

—Por su desarrollo asumimos que deben de estar en sus 29 o 30 años.

— ¡Son unos malditos monstruos! ¿¡Con que los amamantaron?!

El grito de Virgo me vino a mente.

¿Qué afán tienen los humanos en crear a sus propios verdugos, de creerse dioses y no controlar a sus monstruos?

El corazón martilla mi tórax.

Y lo juro, doctora, que les haremos pagar a todos nuestra mísera existen...

—Eran unos niños —me sale en susurro—, y los tratamos como monstruos.

— ¿Que? —espeta Stefan confundido—. Ya estas delirando, revisa las capsulas para que no vuelva escapar ningún otro.

Asiento ofuscada, corriendo a revisar los experimentos que Virgo tocó.

Experimentos no, niños.

Son unos niños...

— ¡Unos monstruos! —digo cuando veo las dos cabezas de géminis.

— ¿Me lo dices a mí? —cuestiona Stefan.

No puedo ser blanda, no en esta situación donde uno de ellos intentó matarme y amenazó de muerte; no ahora que hay un caníbal por ahí asesinando por puro insisto.

—Listo —le aviso a Stefan.

Lo observo recargar su arma y me mira con una sonrisa de medio lado.

—Vayamos por el gatito.

Proyecto Zodíaco. |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora