capitulo 34

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—¡..!

—¡..!

—¡..!

Al escuchar su voz, los gánsteres 1, 2 y 3 se congelaron momentáneamente.

Parpadearon y miraron a Estelle que había salido.

Pronto hubo brillantes sonrisas en los rostros de los gánsteres 1, 2 y 3.

—Oh, Dios mío, ¿no eres la Santa?

—¡Guau! Ha pasado mucho tiempo.

—Siempre estás en la Casa de las Flores. ¿Qué te trae por aquí?

Estelle habló con una sonrisa:

—Le estaba dando a alguien que conozco un recorrido por la ciudad.

Ante eso, los rostros de los tres gánsteres se pusieron tan blancos como una hoja de papel.

Estelle les preguntó quién se había puesto rígido con cara de inocente.

—Por cierto, no estaban tratando de robarle ahora, ¿verdad? Los tres me prometieron al salir de Flower Grass House que nunca volverían a pecar y que vivirían una vida honesta.

Los gánsteres 1, 2 y 3 sacudieron la cabeza con tanta violencia que se les podría haber caído la cabeza.

—¡P-por supuesto que no! Estamos trabajando muy duro en el lugar que nos recomendaste. ¡Regresaba del trabajo!

—Solo estábamos tratando de asustarlo un poco porque pensamos que era un noble vicioso que vino aquí para hablar mal de este lugar.

—¡Así es!

Los gánsteres 1, 2 y 3 miraron a Estelle, nerviosos.

Estelle los miró en silencio. Los tres matones la miraron con las manos juntas, como si le estuvieran rogando que les creyera.

Después de un rato, ella sonrió.

—Está bien, les creo. — dijo Estelle, agitando sus dedos vigorosamente.

—La intimidación sólo engendra violencia. Así que no vuelvan a hacer nada como esto a partir de ahora. ¿De acuerdo?

Los gánsteres 1, 2 y 3 cambiaron rápidamente a los dioses de la virtud 1, 2 y 3.

—¡Lo prometo!

—¡Lo juro!

—¡Por supuesto!

Los pandilleros respondieron con una mirada apasionada, como si fueran a escribirlo con su sangre.

La esposa del segundo protagonista masculino ennegrecidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora