Dulces sueños

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Mientras Victor mantenía una conversación con Victoria, su mirada continuaba buscando a Emily. En ese momento, Victoria le preguntó si conocía a la señorita Emily, lo cual hizo que Victor la mirara y respondiera que no la conocía muy bien. Victoria mencionó que le habían contado que Emily estuvo encerrada durante mucho tiempo, pero Victor no deseaba hablar de ese tema en ese momento. Victoria, sin embargo, no parecía darse por vencida y continuó hablando. En un gesto inesperado, le propuso a Victor que bailaran juntos. Victor se sorprendió, ya que tradicionalmente es el hombre quien debe invitar a bailar, pero no podía rechazar a Victoria sin causar una mala impresión. Así que, con cierta resignación, extendió su mano hacia Victoria, aceptando su invitación para la próxima canción. De reojo, Victor notó que Emily lo estaba observando y rápidamente desvió la mirada. Esta situación provocó una sonrisa en Victor, quien percibió que Emily estaba prestando atención a su interacción con Victoria, El baile comenzó y Victor se esforzó por cumplir con su compromiso.Después de terminar de bailar con Victoria, Victor agradeció amablemente por la invitación y se dio la vuelta, buscando la mirada de Emily. Sin embargo, en ese momento, Victoria le tomó la mano, deteniéndolo. Victor la miró sorprendido mientras Victoria le sugería que se reunieran más tarde. Victor notó que su padre estaba observando la escena, lo que añadía un peso adicional a su decisión. A pesar de la confusión y los sentimientos encontrados que experimentaba, decidió sonreírle a Victoria y aceptar su propuesta. Victor, cada vez más ansioso por encontrar a Emily, buscó con la mirada por todos lados, pero no logró encontrarla en ningún lugar. Decidió acercarse a su padre, quien estaba conversando con el padre de Emily, y se presentó educadamente como "Hola, soy Victor Van Dort". El padre de Emily respondió al saludo de Victor de manera desinteresada, y esto despertó aún más la curiosidad de Victor. Aprovechando la oportunidad, Victor preguntó por Emily, mostrando interés genuino. El padre de Emily, un tanto intrigado, le informó que ella se había retirado a su habitación, mencionando que estaba cansada y probablemente se había ido a descansar. Victor agradeció al padre de Emily por la información y se despidió con cortesía. Con un sentimiento de inquietud y preocupación en su interior, decidió retirarse también de la fiesta. Mientras Victor se alejaba de la fiesta, sin saber que Emily lo observaba desde la ventana, ella lo vio justo en el momento en que él volteó y sus miradas se encontraron. Emily, sorprendida de ser descubierta, se agachó rápidamente, evitando que Victor notara su presencia. Por otro lado, Victor, al ver la reacción de Emily desde la ventana, sonrió con alegría al darse cuenta de que ella había estado observándolo, Emily se siente abrumada por sus propias emociones y se agarra la cabeza, sintiéndose tonta por haberse escondido y evitado a Victor. Suspira profundamente, sintiendo vergüenza por su comportamiento durante toda la noche. Se reprocha a sí misma por no haber tenido el coraje de enfrentar la situación y hablar con Victor abiertamente. Aunque parte de ella se siente aliviada de que quizás no tenga que encontrarse con Victor nuevamente, ya que eso le evitaría enfrentar sus propios sentimientos y la confusión que lo rodeaba, también experimenta una sensación de tristeza y desasosiego. Reconoce que había algo especial entre ellos, algo que no podía ignorar por completo. La ambivalencia de sus emociones la perturba. Por un lado, siente la necesidad de protegerse y evitar posibles decepciones o conflictos. Pero por otro lado, hay una parte de ella que anhela profundamente la posibilidad de descubrir qué podría haber entre ella y Victor. Una vez el carruaje desapareció de su vista, Emily decidió quitarse toda la pesadez que había acumulado durante aquel encuentro. Se despojó de las capas de vestimenta que la enmarcaban en una vida que no le pertenecía. Desabrochó botones, desanudó lazos y dejó caer prendas que eran más que simples tejidos. Cada prenda caída era una liberación, una forma de deshacerse de las expectativas y obligaciones impuestas por la sociedad. Sus pasos la llevaron hacia la bañera, donde la nana la había preparado un baño relajante. Emily sumergió su cuerpo en el líquido cristalino, sintiendo cómo las tensiones se disipaban con cada burbuja que se formaba a su alrededor. La nana, fiel compañera y confidente, permanecía cerca, atenta a cualquier necesidad de Emily. En silencio, la mujer observaba a su protegida, reconociendo en su rostro los vestigios de una lucha interna.  Emily dejó escapar otro suspiro, esta vez de alivio. Mientras el agua seguía acariciando su cuerpo, permitió que sus pensamientos vagaran hacia el futuro. Luego de haber disfrutado de un reconfortante baño, Emily salió del agua y se envolvió en una suave toalla. Caminó con pasos ligeros hacia su habitación, donde la cama la esperaba como un refugio acogedor. Se dejó caer en ella, suspirando profundamente mientras sus pensamientos se dirigían hacia Victor,
La mente de Emily se llenó de imágenes de Victor, su sonrisa cálida y su mirada intensa. El suspiro que escapaba de los labios de Emily era un suspiro cargado de anhelo y preguntas sin respuesta, Emily cerró los ojos lentamente. El cansancio acumulado y la calma que la envolvía la llevaron hacia el dulce abrazo del sueño.

Destino incierto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora