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Taehyung sonrió cuando escuchó como la puerta de la habitación de sus padres fue cerrada, escuchando las voces de las mujeres hablar de temas que no le interesaban, después de unos minutos, escuchó a su padre bostezar por el pasillo, de seguro se quedaría a dormir en la habitación de invitados.

Él fue a darse una rápida ducha después de que el pelinegro se fuera, porque no quería perder más tiempo, así que se encontraba cambiado y listo para una divertida noche con el mayor.

Cuando escuchó la última puerta cerrarse, salió de su habitación, lentamente, haciendo el menor ruido posible, no era tarde por lo que su madre seguiría despierta. Bajó hasta la sala, mirando las llaves principales colgadas a un lado de la puerta principal, así que caminó hasta ellas, agarrándolas y cuando estaba por salir, escuchó a sus espaldas una falsa tos.

— ¿A dónde vas, hijo? — preguntó su padre, Taehyung volteó, encontrándolo en el último escalón.

"Piensa, Taehyung, piensa, piensa"

— Iré con Soojin al cine.

"¿Qué?"

Su padre le miró unos minutos más y  asintió lentamente, luego caminó hasta la cocina, desapareciendo de su vista. Taehyung suspiró, saliendo de una vez por todas de su casa, subiéndose a su auto.

— Voy por ti, Jungkook.

[...]

Jungkook salió de su cuarto, se había arreglado para el menor, y había pedido comida china para que su linda y primera cita fuera increíble.

Su sonrisa apareció cuando escuchó como tocaban el timbre, suspiró intentando calmarse y se aproximó hacia la puerta, la abrió y entonces lo vio, ahí estaba el lindo rubio.

Jungkook estaba a punto de saludarlo, pero Taehyung actuó primero, lo agarró firmemente de la cintura para robarle un beso, uno de los cuales Kim disfrutaba dar, un beso largo, profundo sin llegar a ser erótico, solo uno que hacía recordar a ambos lo mucho se deseaban estar juntos.

— TaeTae, no me esperaba eso. —susurró al separarse, mirando los ojos contrarios, que parecían conectar tanto con los suyos.

— Tenía tantas ganas de besarte, no me arrepiento en lo absoluto. —admitió, mirando como el mayor le daba una tímida sonrisa, agarrándolo del brazo para guiarlo al interior de la casa.

— Pedí comida, y busqué algunas películas que podríamos ver, o si prefieres jugar algún videojuego, está bien por mí. — hablaba rápidamente el pelinegro, siendo una imagen tan tierna para el contrario. — Lo siento, no sé qué se hacen en las citas, las únicas que he tenido siempre han sido solo una ida al cine y después a comer.

— Tranquilo, cosita.

Murmuró Jungkook, acariciando las mejillas coloradas del bonito azabache, se dejó caer en un sillón, atrayendo con él al mayor, sentándolo en su regazo.

— Yo tampoco sé de citas románticas, podría pasar la noche mirándote y no me aburriría en lo absoluto. — habló en un tono juguetón, pues sabía que Jungkook era muy vergonzoso cuando decía algo cursi.

— No digas esas cosas. — le miró con el ceño fruncido, tratando de lucir enojado, pero solo conseguía dar una tierna mueca, que hacía sonreír al menor.

— No prometo nada, hagamos esto, cenamos la comida que pediste, y luego hacemos algo divertido, no tiene que ser ver películas, estoy seguro que se nos ocurrirá algo mucho más entretenido.

Jungkook solo asintió emocionado, y si hubiera puesto atención, hubiera notado las dobles intenciones del pequeño Kim.

[...]

MOM'S FRIEND | TKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora