11

17 3 3
                                    

Después de calentar un poco, el entrenador nos junta a todos para darnos ánimo, y, sobre todo, recordarnos a todos los que estamos interesados en ser capitanes a que demostremos nuestras habilidades para ser considerados para ese puesto.

Al momento de salir a la cancha, puedo escuchar como varias personas gritan con furia el nombre de nuestro equipo "Halcones", como el nombre del equipo contrincante.

Cuando escuchamos la señal que indica el comienzo del partido.

Tener la presión de jugar contra un buen equipo como es el contrincante y el hecho de intentar ser el capitán, ha provocado que los últimos partidos como los entrenamientos sean más pesados que antes.

Durante el primer tiempo, los marcadores van entre dos a tres a favor del equipo contrincante. Lo cual hace que todos mis compañeros, incluyéndome, estemos estresados, necesitamos de alguna manera lograr derrotarlos para poder pasar a la siguiente ronda.

Antes de que acabe el primer tiempo, puedo apreciar como Bruno se encuentra perfecto para meter un gol, de seguro no soy el único que se queda sin respiración, hasta puedo sentir la ansiedad de todos los presentes. Pero para nuestra mala suerte, Bruno falla completamente, lo cual hace que los espectadores comiencen a abuchear y decir el primer insulto que se les pasa por la cabeza.

—Acaso, ¿eres un idiota? —Le cuestiono a Bruno.

Mi compañero al escuchar lo que acabo de decir, él tan solo me voltea a ver y camina en mi dirección con tanta firmeza que provoca que comience a arrepentirme por lo que dije.

—Si te crees mejor que yo, demuéstralo —al escuchar la voz de Bruno, provoca que un escalofrío recorra por mi cuerpo.

Al momento de poder descansar un poco, el entrenador se acerca a nosotros y comienza a decirnos un plan para evitar que el otro equipo nos gane, y de paso, regaña a Bruno por el error gigantesco que ha cometido al no meter el gol en el momento adecuado.

El árbitro da la señal de que el segundo tiempo está a punto de comenzar, después de escuchar el sonido del silbato, todos nos volvemos a acercar a la cancha.

En una racha de buena suerte, logro quitarle el balón a uno de los contrincantes, esto provoca que comience a sentir un calor recorrer por todo mi cuerpo a causa de tener la atención de los presentes, cuando me doy cuenta de que ninguno de los contrincantes se encuentra cerca de mí, me preparo para poder meter el gol que hará quedar en empate.

Aguanto la respiración por unos cuantos segundos y sin pensarlo más, pateo el balón. Siento como si todo pasara en cámara lenta. Cuando el balón entra a la portería, escucho como los asistentes gritan con euforia, provocando que suelte el aire que había detenido y que varios de mis compañeros corrieran a mi lugar para felicitarme.

Me es inevitable sonreír por la emoción. Al guiar mi vista a mi lado derecho, me percato de que Bruno tan solo se ha quedado parado admirando aquella escena. Mientras camino a su dirección, muestro mi mejor sonrisa.

—Claro que soy mejor que tú —digo con arrogancia.

Ver su cara de molestia, hace que sienta un cierto placer.

Desafortunadamente, mi felicidad no dura tanto, en el momento menos esperado, Bruno es el encargado de meter el gol que es el responsable del desempate. Esto provoca que el público se altere, igual que a mí, varios de nuestros compañeros van en dirección de Bruno y comienzan a felicitarlo.

Al parecer, Bruno siente mi mirada, al momento de guiar su vista a mi dirección, el tan solo ríe de manera sínica, provocando que me moleste.

Después de estar varios minutos luchando para que el equipo contrario no volviera a meter gol, el árbitro da la señal de que el partido ha terminado. Veo que varios chicos se tumban en el suelo, como en búsqueda de alivio por la presión que hemos pasado.

A pesar de que hemos sido el equipo ganador, nuestro entrenador no lo ve de esa manera, ya que comienza a reclamar de nuestro bajo desempeño y que aquellos que estamos interesados en ser capitanes, debemos de demostrar mayor desempeño.

—Los únicos que hicieron algo por sacar el juego fueron Bruno y Lucas —cometa el entrenador con molestia—, todo porque Lucas fue capaz de meter dos de los cuatro goles, y a pesar de que Bruno falló uno de los goles, pudo desempatar. También debemos de agradecer a Esaú...

De repente, dejo de prestar atención ante lo que decía el entrenador por varios minutos, hasta que nos indica de que nos podemos retirar, así que agarro mis cosas y me dirijo al lugar en donde mis amigas me están esperando.

Durante el pequeño trayecto, tan solo iba escuchando como Esaú se iba quejando de los comentarios que el entrenador nos había hecho, y pareciera que Pablo también opina lo mismo que mi amigo.

Para celebrar la pequeña victoria que hemos tenido, decidimos ir a comer algo, así que nos dirigimos a un establecimiento de comida rápida. Mi mente tan solo se encontraba divagando mientras que escucho de vez en cuando algunos de los comentarios que hacen; Kim y Esaú hablan entre ellos, aunque parece más una discusión, Pablo intenta de establecer una conversación con Ximena, pero ella es cortante con él. Y Mía, en todo el rato que hemos estado en el lugar, no ha emitido ninguna palabra.

De repente, mi mirada se dirige a un grupo de chicos que van entrando al local. Entre el grupo destaca el chico de cabello rubio, de manera inmediata, recuerdo aquel encuentro con la gitana en donde me predecía mi futuro con relación a mi alma gemela.

Cada vez que lo veo con atención, hace que recuerde cada conflicto que hemos tenido, y eso hace que tan sólo sienta que la gitana se ha equivocado, es alguien que no tiene algo que sea cautivante, además de que es una persona que lo más probable de que ni su perro lo quiere.

—Deja de mirarlo de esa manera —la voz de Ximena hace que me sobresalta—, así pareces un acosador.

A pesar de que la voz de Ximena en un susurro, siento que todos en la mesa nos pueden escuchar hablar.

—No estoy acosando a nadie —digo algo molesto—, solo que él se puso en medio de mi vista.

—Por supuesto...

Doy gracias a que la mesera nos interrumpe al momento de traernos la comida. Pero eso no impide que siga mirando a Bruno.

Ahora escucho la conversación de los demás, Kim habla acerca de algo que se enteró sobre unos chicos en que comparte clase, en donde se rumora de que entre ellos tienen una relación. Esta plática tan solo ha generado comentarios negativos por parte de Kim y de Esaú, lo cual ha estado provocando un malestar al escuchar sus comentarios y chistes ofensivos.

 Esta plática tan solo ha generado comentarios negativos por parte de Kim y de Esaú, lo cual ha estado provocando un malestar al escuchar sus comentarios y chistes ofensivos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EntrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora