Capítulo 7: Posdata: Te quiero

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Cuatro horas de sueño.

Cuatro míseras horas. Eso es todo lo que Seokjin ha conseguido en las últimas cuarenta y ocho horas y está dispuesto a tirarse de los pelos si recibe otra llamada de su editor militante con más revisiones. Así que toma la decisión consciente de dejar el teléfono cuando sale a la calle pasadas las nueve de la mañana. Si se siente un poco desnudo sin él, tal vez debería tomarse como propósito de Año Nuevo. Descarta la idea en cuanto se le pasa por la cabeza. Sin la firme compañía de MapleStory, podría perder la cabeza cuando empiece a pensar en su próximo libro.

Es principios de septiembre y el tiempo sigue siendo cálido y templado en la ciudad, ideal para una camisa de manga corta y pantalones cortos. Las calles parecen más concurridas de lo que lo han estado en semanas, especialmente para un sábado por la mañana. Gente joven. Estudiantes universitarios, se da cuenta. Seokjin esquiva a un joven en bicicleta y resopla por su imprudencia mientras camina por la acera hacia su dosis de cafeína.

Los estudiantes han vuelto, trayendo consigo una nueva oleada de novatos. Seokjin ve pasar a un grupo de jóvenes aspirantes, algunos de los cuales le dirigen miradas apreciativas, y siente una punzada de vacío en el pecho. Su mente divaga y, a pesar de sus desesperados intentos por mantenerlos ocultos, le invaden recuerdos de grandes ojos de ciervo y una sonrisa dentuda. Son como una mala hierba implacable. Si los arrancas, vuelven a crecer, más fuertes y salvajes.

Lo echa de menos. Lo cual es extraño, dado que sólo lo conoció brevemente. Pero, echa de menos esa sonrisa brillante que solía mostrar a Seokjin, la forma en que solía mirar a Seokjin como si fuera el centro de su universo. Incluso echa de menos las bromas descaradas.

Después de aquel desastroso viaje, lo buscaba cada vez que iba a Ddaeng, incluso preguntaba por él, pero pronto se hizo evidente que era el único que lo buscaba. No es que pudiera sorprenderse, ni siquiera ofenderse. No cuando había sido él quien había apagado la pequeña llama que había surgido entre ellos. Aun así, los recuerdos siguen siendo persistentes, colándose en sus pensamientos cada vez que se siente demasiado agotado o solo. O cada vez que su madre lo menciona en una conversación casual. O cada vez que recuerda las últimas palabras que le dirigió, lo que ocurre con demasiada frecuencia.

"No tenía intención de enamorarme de ti".

Seokjin siente un vuelco en las tripas cada vez.

Enamorarse de él. Le había amado.

El darse cuenta deja un complicado lío de emociones en su pecho. Algo que ha estado demasiado asustado para desentrañar, pero es algo que no puede simplemente olvidar.

Tanto es así que contactó con él por capricho, tras toparse una noche con Taehyung y Jimin junto a un vendedor ambulante. Le habían hablado de él, le habían dicho que estaba visitando a sus padres en Busan (aunque Taehyung se había mostrado muy reservado y malhumorado). Esa misma noche, se convenció de que era sólo para cerrar el asunto, para que todo terminara de una vez por todas, pero se le revolvió el estómago al no recibir respuesta.

Aún no sabe qué esperaba enviando aquel mensaje.

Hace sólo una semana estuvo a punto de enviarle otro, el día de su cumpleaños. Por suerte, su editor le había llamado antes de que pudiera pulsar enviar, y la realidad se estrelló contra él en ese momento. Puede que le quisiera, pero los sentimientos pueden cambiar, sobre todo cuando no son recíprocos.

No quiere tener nada que ver contigo, se dijo entonces Seokjin.

No quiere nada contigo, se dice ahora, sintiendo que se le cierra la garganta.

Respirando hondo, Seokjin destierra los pensamientos sombríos al fondo de su mente. Tiene que terminar un libro y para ello necesita su habitual ración de té. No tiene tiempo para dedicarse a los chicos.

Tirar de la lana sobre mis ojos -Kookjin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora