"La temporada en la que fuiste mi para siempre."

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Sunghoon caminaba con desesperación de lado a lado por la habitación. Los nervios lo estaban matando.

—Para de moverte por favor, me estás poniendo ansioso —. Dijo Jungwon, su mejor amigo y el novio de Jay.

—Lo siento, de verdad, ¡pero no puedo! ¿Qué pasa si todo sale mal? ¿Y si se arrepiente? Dios.

—Amigo relájate un poco. Es Heeseung Lee de quien estamos hablando ¿Cuándo se ha arrepentido de sus decisiones? — Habló Jake y Jungwon le dió la razón.

Sunghoon suspiró y tomó asiento en su cama antes de llevarse las manos al rostro.

—Tienen razón, pero estoy demasiado nervioso. No quiero que todo salga mal en unos años y luego tenga que limitarme a extrañarlo.

Jake y Jungwon se miraron con cansancio y este último rodó los ojos. Sabían que su mejor amigo, a pesar de ser muy inteligente siempre había sido un dramático.

El pelirrojo se puso de cuclillas frente al ahora castaño y le sonrió con calma.

—Tranquilo, Hoon. No hay nada que temer. Ustedes han sido pareja por 4 años, y han sido amigos por muchos más. ¿En serio crees que podrían separarse en algún punto? Claro que no. Ahora sonríe.

Sunghoon escuchó a Jungwon y respiró hondo. Tenía razón. No había de qué preocuparse si tenía a Heeseung a su lado.

—Eso. No te amargues en tu día especial por favor. Si te decaes, Hee se va a enojar conmigo por no animarte.

Sunghoon soltó una risa y se levantó.

—Está bien, tienen razón. Voy a ir a arreglarme, perdón por hacerlos perder el tiempo.

—No perdimos el tiempo, Hoon. Nos hace muy felices poder ayudarte y darte apoyo. Ahora ve, no tenemos mucho tiempo —. Dijo Jungwon mientras miraba la hora en su reloj.

Mientras se daba un baño, Sunghoon se sentía como en un sueño. No puede creer que cuatro años después estuvieran aquí. Si cerraba los ojos, todavía podía sentir que fue ayer cuando le pidió ser novio en la playa.

Y ahora estaban a punto de casarse.

No daba más de felicidad. Heeseung de verdad tiene todo de Sunghoon. Sus deseos, sus sueños, sus sonrisas, sus suspiros, sus gemidos y sus desvelos. Le pertenece entero. Por eso estaba tan aterrado de dar este gran paso.

Aún recuerda su pedida de matrimonio. Fue hace 3 meses. Estaban en un viaje de vacaciones en un crucero, viaje que Sunghoon le regaló a su novio por su cumpleaños número 25, ya que éste le había comentado una vez que siempre había querido subirse a uno. El castaño recordó que uno de sus compañeros de empresa había trabajado en una agencia de viajes y le pidió información para aquello.

Entonces, en su última noche Heeseung pidió ir a la terraza del barco. Una cena para ambos los estaba esperando. Resulta que el mayor había reservado el lugar por unas cuantas horas, a espaldas de Sunghoon. Comieron y platicaron de lo buena que estaba la comida, y de lo que harían al llegar a casa.

De repente a Heeseung se le cayó un cubierto, o eso creyó Sunghoon, pues un heeseung arrodillado a su lado fue lo que encontró. Cuando le preguntó qué rayos hacía, este comenzó a dar un discurso meloso sobre cuánto ama al castaño y lo imposible que le sería imaginar una vida sin él a su lado.

Sunghoon era un mar de lágrimas cuando comprendió la situación. Y lloraba porque recordó que en su último año de universidad tuvieron una charla profunda e incómoda. Habían hablado sobre sus miedos en cuanto a su relación, pues toda esa temporada había estado llena de desacuerdos, discusiones y problemas debido al estrés.

Ninguno tenía planes bien aterrizados para los siguientes años, y tampoco sabían si podrían seguir juntos. Pero en algo coincidían, se amaban tanto que estaban dispuestos a intentar llegar hasta el final. Ese día, heeseung hizo unos anillos de papel y puso uno en su dedo, y el sobrante lo puso en el dedo de Sunghoon.

—Son anillos de promesa improvisados —. Dijo con una enorme sonrisa que derritió el corazón de Sunghoon.

—Te prometo que si en cuatro años seguimos juntos y tenemos una vida estable, te haré mi esposo.

Y decidieron sellar la promesa con un beso profundo y una noche donde fueron uno mismo.

Por eso mismo, en su discurso romántico Heeseung dijo lo siguiente.

"Hace cuatro años te hice una promesa. Hemos trabajado tanto para lograrlo que ni me di cuenta de lo rápido que pasó el tiempo. Crecimos y aprendimos juntos. Nos vimos en los buenos y en los malos momentos. Nunca me soltaste y yo siempre estuve para levantarte. Sunghoon, te he amado desde que tenemos 16 años y si me lo permites, me encantaría amarte por el resto de la eternidad. Porque incluso estando muerto, espero que mi alma te vaya a buscar."

—Te entrego mi corazón, ahora te pertenezco completamente. Dime Sunghoon ¿Me dejarás botado o me concederás el sueño de hacerte mi esposo?

Así fue cómo llegaron hasta este día.

Sunghoon terminó de retocarse el maquillaje y miró a sus amigos.

—¿Cómo me veo?

—Espectacular —. Dijo Jungwon.

—Si no te fueras a casar con mi mejor amigo, yo estaría de rodillas pidiendo tu número —. Carcajadas estallaron en la habitación tras el comentario de Jake, pero fueron interrumpidos por unos suaves toques en la puerta.

—Adelante, pase —. Habló Sunghoon.

—Lamento interrumpir su diversión caballeros, pero ya está todo listo, solo falta el novio —. Dijo Jay dando un paso dentro de la habitación. Entonces paró en seco y abrió la boca. — Wow, Hoon. Estás radiante. Heeseung se caerá de rodillas al verte.

El mencionado se sonrojo, dio unos últimos arreglos a su traje color blanco y sonrió.

—Muchas gracias —. Tomó aire. — Estoy listo.

Se dirigieron entonces al altar y la ceremonia dio inicio. Cuando los novios conectaron sus miradas, todos sintieron cómo el mundo se detuvo. Heeseung se llevó una mano a sus ahora rubios cabellos y comenzó a jugar con ellos. Era una maña que tenía para aguantar las lágrimas.

Sunghoon sonrió con ternura y su corazón latió con normalidad. Sintió paz con solo ver a Heeseung ahí parado. No tenía de qué preocuparse. Sus ojos brillaban con ilusión mientras más se acercaba a Heeseung y sus mejillas dolían de lo enorme que era su sonrisa. Pero nada de eso importaba.

—Sunghoon Park, ¿Acepta usted a Heeseung Lee como esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe?

—Acepto.

—Y usted, Heeseung Lee ¿Acepta a Sunghoon Park como esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe?

—Acepto.

—Entonces los declaro, esposos. Ahora, puede besar al novio.

Siguiendo las indicaciones de un cura amigo, compartieron un beso cargado de sentimientos, ambos con una enorme sonrisa en el rostro y escucharon los gritos y aplausos de los invitados.

Cuando se separaron, Sunghoon le susurró a Heeseung.

—No entiendo cómo es que después de todos estos años, me sigues besando con la misma pasión. ¿Es que acaso nunca te cansas de mí?

Heeseung acomodó los cabellos de Sunghoon y besó su nariz.

—Oh, mi amor. Si pudiera, te besaría hasta mi último aliento.

Compartieron un último beso y entrelazando sus manos, se despidieron de los invitados y emprendieron viaje a su nueva aventura. La noche de bodas. Dónde fueron uno mismo, una, y otra, y otra vez.

—Te entrego mi corazón, ahora te pertenezco completamente —. Dijo Sunghoon mientras le hacía el amor a su marido, con mucho cuidado.

Sobra decir que vivieron felices para siempre.

F I N.

"Be my forever" | heehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora