Mi razón para cazar

Capítulo 10

JIN

Han pasado unos días desde que mi celo se ha desvanecido para siempre. Jungkook me ayudó a través de cada ola de mi celo, abrazándome fuerte, susurrándome cosas suaves al oído mientras yo estaba abrumado por el placer. Fue increíble y me encontré soñando con la experiencia por la noche.

JJ ha tomado todos estos cambios con calma. Duerme a mi lado todas las noches, acurrucado contra mi pecho mientras Jungkook se acuesta contra mi espalda. Estoy entre los dos hombres más importantes de mi vida.

Me siento afortunado.

Érase una vez, no hubiera soñado con correr. Hubiera estado aterrorizado de balancear el bote. No levantaría la voz, no removería la olla, me verían pero no me escucharían. Ahora me siento lo suficientemente seguro para hablar.

Sigo diciendo que todo fue por JJ. Quería una buena vida para él. Y esa es la verdad, pero mentiría si dijera que no soñaba con encontrar una pizca de felicidad para mí también. Soñaba con mi propio príncipe azul personal que me salvaría. Me alejaría de

John y me llevaría a algún lugar seguro donde pudiera ser feliz. En cambio, me salvé.

En cualquier momento, Cooper y Martin volverán al campamento para informar si han encontrado algo en el pozo de los deseos. Pero justo en este segundo, me paro frente al espejo del baño, mirándome.

Me giro hacia un lado, mirando hacia abajo a mi estómago.

—No hay manera, —me susurro a mí mismo, mi mano va hacia el pequeño bulto que veo allí. No hay manera, ¿verdad?

El periodo de gestación de un shifter gato ronda los dos meses, por lo que cuando nos encontramos embarazados todo va rápido. Incluyendo cuando empezamos a mostrar.

Trago con dificultad mientras me miro. Ya sé la verdad. Puedo olerlo en mí mismo. Pero saberlo y reconocerlo son dos cosas muy diferentes. Esto lo cambia todo. Aunque todo ya estaba cambiando. Oh dioses, ¿puedo manejar esto después de todo lo demás?

Me apoyo en el lavabo, acercándome a mi reflejo. Miro a mis ojos verdes, esperando que mi reflejo me diga lo que necesito oír. Y tal vez lo hace porque en lugar de un ceño fruncido profundo y ojos llenos de miedo, me doy cuenta de que tengo una sonrisa diminuta. Ya no estoy atrapado con una camada que adora a un hombre que me trató como una mierda. Ahora tengo una familia, una que ya se preocupa por mí, dispuesta a hacer lo que sea necesario para protegerme a mí y a mi hijo.

—Puedo hacer esto, —me digo en el espejo y mis ojos en silencio me dicen que creo que las palabras son ciertas. No quiero contar esto como una victoria todavía, no cuando todavía hay tantas cosas que no son seguras. Pero no puedo evitar dejar que la esperanza florezca dentro de mi pecho ante la idea de estar con esta gente, de estar con Jungkook.

Me tomo mi tiempo para regresar al campamento, sonriendo cuando escucho las voces de Martin y Carlos. Encuentro a todos sentados alrededor del fuego, la tarde es cálida pero no demasiado caliente como para que no podamos disfrutar de un fuego encendido entre nosotros.

—¡Papá! Ven a sentarte con nosotros —llama JJ, haciéndome señas para que me acerque a donde está sentado en el regazo de Jungkook. Jungkook me da una sonrisa amable, tendiéndome la mano. La tomo y él tira de mí, besándome en la mejilla. —Eww, —murmura JJ, arrugando la nariz hacia nosotros y no puedo evitar resoplar.

—Oh, —murmura Jungkook, —tal vez no debería hacer eso. Lo siento.

JJ mira a Jungkook con cara seria.

—Jungkook, puedes besar a mi papá tanto como quieras. Pero no cuando estoy sentado en tu regazo. ¿Trato?

Jungkook se ve sorprendido, sus ojos bajan a la pequeña mano extendida de JJ, esperando que Jungkook haga de esto un verdadero trato. Martin se ríe y miro a Tae y Jimin, encontrándolos sonriendo a nuestra pequeña unidad con suaves sonrisas. Estos cazadores son tan malditamente blandos. Lo adoro. El ambiente aquí es muy diferente al de mi camada anterior, lo que fortalece aún más la esperanza dentro de mí de que esto funcionará a largo plazo.