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–Agh, que bien dormí…Mm…– Dijo el alfa estirando su cuerpo y apagando la alarma que recién empezaba a sonar.

Bostezo y rasco su cabeza con su mano derecha, recorrió con su mirada la habitación del Omega con quién se había acostado hace unos minutos y miro la cama lo más acomodada posible, pues con su presencia en ella no se pudo realizar la tarea completa y los peluches que recuerda haberse caído por el movimiento de ambos en la cama bien acomodaditos.

Inevitablemente dio una pequeña sonrisita cuando vio su ropa bien acomodada en la silla del escritorio de JiMin y al sentir un delicioso aroma que provenía desde fuera de la habitación.

Ni lento ni perezoso agarro una toalla y ropa que tenía ahí y se metió a darse una ducha rápida; salió, se vistió con la ropa que agarro y salió de la habitación para ir con el omega que estaba haciendo de comer.

–Sí, será el próximo viernes; ¿Por qué?– Escucho la dulce y delicada voz del menor provenir aún de la cocina, y a un paso sigiloso se fue acercando para ver que estaba haciendo el pelinegro.

–¿En serio?, Dios jaja, será la primera presentación a la podrán venir los dos…okey…nos vemos, hasta luego. Yo también te amo.– YoonGi recargado en el marco de la puerta de la cocina podía ver cómo el omega pelinegro colgaba en celular con una gran sonrisa en su rostro y un sutil sonrojo en sus mejillas.

–¿Con quién hablabas JiMin?– Pregunto el de cabello albino tranquilo aunque por dentro se estaba muriendo de celos.

–Con mi hermano Hyung, ¿Por qué?, ¿Celoso?– Dijo divertido el Omega mirando con burla al mayor.

Sabía que no podía ser eso, pues el mayor no gustaba de él; pero aún así quiso hacerle burla. No podía desaprovechar las oportunidades que se le presentaban de burlarse de YoonGi.

–Puff, quisieras...– Dijo el alfa dándole una sonrisa ladina a JiMin quien ahora se estaba riendo.

– Lo que usted diga Hyung, mejor venga y ayúdeme a servir la comida y así comer. Tengo muchas hambre.

– De acuerdo, pero solo te ayudo porque cocinas de maravilla y porque también tengo hambre.

Ambos se dieron una suave sonrisa.

– Y ahí va Min YoonGi con otra Omega

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– Y ahí va Min YoonGi con otra Omega. No entiendo cómo te gusta Minnie...– Hablo TaeHyung un alfa de cabellos azules mirando a su alma gemela, quién también miraba como el chico que le gustaba se iba con otra Omega.

– Ni yo lo sé Taetae, simplemente me empezó a gustar, es atractivo y mi pantera anda loco con él.– Le contesto con resignación el Omega al alfa y recargo su cabeza en sus dos brazos que estaban en la mesa de la cafetería, escondiendo su carita en el hueco que hacían sus brazos.

– Ay Mimi, el amor a veces es muy raro.– Lo intento consolar el alfa con un puchero en su rostro y recargando su cuerpo en el cuerpito del pelinegro.

– Lo sé, es una mierda...– JiMin también recargo su cuerpo en el cuerpo más grande a su lado.

Su lado humano, omega y su pantera estaban totalmente cómodos con el alfa a su lado, él confiaba absoluta y absurdamente en el chico de sonrisa cuadra. Confiaba su vida e integridad en ese chico.

–Dios, lo que me caga más es que YoonGi fue el primero en proponerme pasar mi celo juntos; y míralo, parece que ya tenía otros compromisos y se olvidó que tenía que ayudarme. Dudo conseguir a alguien que quiera ayudarme... posiblemente tendré que ir al hospital nuevamente. Que fastidio.– Lloriqueo el omega enderezandose en su lugar y moviendo sus piernas haciendo un tierno puchero en sus pomposos labios.

– ¿Necesitas a alguien con quién pasar tus celos?, Pensé que con las folladas antes del celo eran suficientes. – Le dijo el peliazul al pelinegro, mirando la carita del chico a su lado teniendo su cara recargada en su mano.

–Se supone que sí, pero el fin de semana pasado fui al ginecólogo y me dijo que mis hormonas aún eran muy irregulares por el constante consumo del supresores orales y en aerosol. Me dijo que necesitaba algo más fuerte y directo como lo es el nudo de un alfa.– Le respondió sin timidez JiMin a TaeHyung, pues después de tantos años de amistad podían hablar de lo que sea, cuando sea y dónde sea.

Su confianza era ciega.

– Diablos, entonces el asunto si está más grave de lo que pensábamos.

– Así es...bien podría seguir yendo al hospital a internarme; pero eso perjudicará mi fertilidad, y como aún no se si quiero tener cacharros es algo complicado. – El alfa sin dudarlo abrazo a JiMin, tratando de reconfortarlo con su aroma de limón y sandía. Lo cual parecía funcionar pues el cuerpo tenso de JiMin parecía que se iba relajando poco a poco.

–¿Mejor?– Pregunto sonriente TaeHyung.

– Mejor, mucho mejor– Afirmó JiMin también con una sonrisa correspondiendo el abrazo que te estaban dando, dejando salir su aroma a durazno y manzana roja.

–Perfecto, entonces lo mejor es ir yendo al salón, ya casi se acaba el receso.

– Está bien, vamos.

Ambos se pararon de su lugar, agarraron sus cosas y se fueron caminando relajados uno al lado del otro pegados, entrelazados de los brazos y llevando una conversación relajada y cómoda.

– JiMin

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– JiMin...– El pelinegro se sobresalto un poco, TaeHyung nunca le decía por su nombre a menos que sea algo serio.

Deteniendo su acción de abrir la puerta de su casa volteo a ver al alfa que estaba detrás suyo, quién lo había acompañado hasta su hogar para no irse solo.

– ¿Pasó algo Taetae?– Trato de sonar calmado, pero por dentro estaba algo nervioso.

– Yo...queria decirte que si YoonGi no viene, puedes hablarme a mí, sabes que yo te ayudaré en todo lo que pueda; tu sabes que...– El peliazul no pudo terminar pues el Omega lo interrumpio.

–Que puedo confiar en ti. Está bien Taetae, mi celo no tardará mucho en llegar, así que, ve a tu casa y prepárate, come bien pero no algo pesado y trae ropa extra. Yo te aviso cuando sienta que ya falta poco. – Dijo sonriente el pelinegro, contagiando su sonrisa al de sonrisa cuadrada. – Gracias por ayudarme TaeHyng.

– Gracias a ti por confiar en mí y dejarme ayudarte JiMin.

Ambos aún con sonrisas en sus rostros se despidieron con un abrazo y se prepararon para la llegada del celo de JiMin.

Estaban algo extasiados y emocionados, pues ambos por primera experimentarían lo que es el nudo y un celo compartido.

Y que mejor que hacerlo con la persona que confías hasta con los ojos cerrados.

El fin de semana sería divertido y excitante.

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