Jake ha sido el mejor promedio por diez años consecutivos; y el precio de ello ha sido un mal sueño, gastritis y que el inigualable Park Sunghoon del que ha estado enamorado desde el secundario no lo considere más que un ratón de biblioteca. Después...
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@scienshim: Olvidé la cantidad que usé de Fenolftaleína para la práctica. ㄴ@scienshim: Se supone que tuvo que haber un cambio de color, pero al mío no le ocurrió nada. Y no encuentro las suficientes bases para explicar porqué no sucedió el viraje.
—¿Podrían guardar silencio? —gritó Jake desde su habitación.
Sostuvo su frente con ambas manos mientras sus dedos se enredaban entre los mechones que colgaban a la altura de sus cejas. En ese último periodo había estado tan ocupado con trabajos, exámenes y proyectos que no había tenido tiempo para ir a cortarse el cabello, haciendo que cada vez fuera más molesto.
No solo era difícil que se acomodara en su cara, logrando que casi siempre entre clases tuviera el cabello colándose entre sus pestañas, gastaba un poco más en champú y se tardaba más secándose. Aunque su hermano, Riki, insistía en que se le veía mejor que el cabello corto.
—¡Ven y cállame! —gritó de regreso su compañero de casa.
Jake dio un golpe fuerte contra su frente cuando escuchó su respuesta, frustrado por no poder concentrarse cuando estaban hablando en la sala. Se había arrepentido horriblemente de haberle prestado sus audífonos a Riki por que ahora no se podía concentrar.
Subió el volumen a su computadora e intentó concentrarse en darle solución a la discusión, buscando información de artículos confiables y revistas científicas que le pudieran decir por que su experimento había salido mal, debido a que se negaba a cucharear resultados. Consideraba los errores como una parte importante de la práctica, que te hacían aprender y no volver a cometerlos.
Se concentró tanto en terminar su discusión que no se dio cuenta cuando finalmente el ruido en la sala se acababa.
—¿Qué haces? —dio un pequeño salto cuando escuchó la voz de su compañero de casa detrás de él.
Por inercia guardó el documento y regresó a la pestaña del navegador para poder detener la música, dejando esa pestaña abierta mientras volteaba a verlo. Heeseung se recargó en su escritorio del lado dónde estaban los cuadernos, cruzándose de brazos y teniendo cuidado de no tirar nada.
