El inicio de la desgracia

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Noir solía comprarlo todos son los martes sin falta. La paga con él siempre era buena incluso más de lo que una prostituta como él merecía.

Lo extraño en todo eso era (contrario a su trabajo) que no le servía servicio sexual con regularidad; Peter tenía una zona en la cual podía andar libremente y donde los clientes lo buscaban; cada martes Noir lo esperaba en ese lugar, rentaba una habitación en un hotel decente y charlaba con él hasta el amanecer para después irse y desaparecer por una semana completa. Peter solía desvestirse por completo al entrar a la habitación y recostarse en la cama cubriéndose con la sabana por si Noir en algún punto se llegará a cansar de hablar y planeara usarlo para lo que pagaba aunque jamás era así, él jamás iniciaba algo aunque si continuaba si Peter cambiaba el rumbo de la velada, si siempre fue así no tenía idea ese dato era un descubrimiento reciente.

Noir parecía no cansarse de hablar nunca, era un sujeto curioso en muchos sentidos empezando porque no vestía colores a excepción del negro su atuendo siempre constaba de ese color, camisa, pantalón, zapatos, gabardina e incluso las calcetas a cualquiera le daría la impresión de que adoraba ese color de no ser porque siempre cargaba con un colorido cubo rubik al cual trataba como su mayor posesión y que siempre se encontraba revuelto a pesar de los grandes esfuerzos que tenía el hombre por armarlo.

— Peter, te tengo un regalo.

— ¿Eh? — volvió en si cuando escucho que lo llamaban.

— Quiero regalarte esto, con esto ya no tendrás que hacer este tipo de trabajo ¿verdad?

— Yo puedo dejarlo en cualquier momento... — mintió deprisa, claro que alguien como él no podía hacer nada más, pero admitirlo sería doloroso. — Un día de estos lo voy a hacer. — alzo la mirada, no se permitiría verse débil y ante lo que tenía al frente abrió sorprendido los ojos. — Noir...

— ¿Es suficiente? — una leve sonrisa se formó en sus labios mientras mostraba el contenido de su maletín; una gran suma de dinero.

— Yo no acepto contrataciones como amante o algo por el estilo. — por instinto tomo su distancia del maletín, a gente como él esas cosas no le pasarían sin tener repercusiones graves.

— ¡¿Amante?!

Los ojos de Peter estuvieron fijos en el contrario no perdiendo nada de detalle en sus movimientos de nervios donde intercalaba su vista entre Peter y la gran suma de billetes que solo se detuvieron cuando cerró el maletín.

— No, de ninguna manera, no me refería a que tomaras esto con algún fin en especial, solo creí que podías necesitarlo, no quiero sonar como alguien horrible, pero a tu edad seguro suena muy difícil cambiar de vida e iniciar desde cero entonces pensé que teniendo un sostén monetario sería por mucho más sencillo. — sus manos movieron las piezas del cubo rubik como si buscara calma. — Yo quiero que tú hagas cosas que realmente disfrutes.

— «No entiendo que piensa.» — el rostro inexpresivo que usualmente tenía Noir le hacía estar confundido, una parte de él quería creer en su bondad mientras que otra le recordaba que no podía confiar en actos que se notaban desinteresados. — Yo tomaré esta cantidad. — aunque tampoco era bueno parecer tan déspota; estirón su mano y tomó apenas dos billetes. — Ahora será mejor que cambiemos de tema, te daré el servicio de hoy. — el par de billetes pasaron a reposar en el suelo así como la sabana que lo cubría.

— Peter...

— Creo que es aburrido hablar todo el tiempo. — rodeo con sus manos el cuello del contrario y espero pacientemente una respuesta cuando un asentimiento se presentó comenzó a deshacerse de las prendas de Noir.

— ¿Cuándo comenzaste a hacer este trabajo?

— Creo que ya habíamos hablado de esto antes... — se detuvo por un segundo de desabrochar la ropa para tomar aire. — Me despidieron de un trabajo al que le dedique todo mi tiempo y esfuerzo porque no fui lo suficientemente "eficaz" por ese trabajo descuide mi matrimonio y al perderlo ya era demasiado tarde para salvarlo por lo que mi esposa me abandono y curiosamente mi única familia murió, en pocas palabras me quede sin nada y descubrí que a nadie le importa un hombre que no se encuentra en su mejor momento. — dio un par de negaciones con la cabeza y volvió a lo suyo. — Aun así eso lleva algo de tiempo, ya no pienso demasiado en mi pasado y mi único fuerte es el sexo cuando soy pasivo entonces no te restrinjas, a pesar de mi edad soy bastante resistente.

𝙈𝙧. 𝙉𝙤𝙞𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora