𝙈𝙧. 𝙉𝙤𝙞𝙧

Distanciamiento

"Escucha, Peter, vamos a adentrarnos en esa multitud y caminaremos sin detenernos."

La indicación incluía una separación de al menos un metro donde no parecían cercanos, pero estaban al pendiente del otro por cualquier cosa. 

— «¿Nos están persiguiendo?» — trataba de que los nervios no se apoderaran de él mirando a todos lados de la manera mas disimulada que podía. — «¿Es culpa mía?» — detuvo su caminar al pensar eso; considerando la situación era poco probable que asi fuera y aun asi no podía descartar la mínima posibilidad.  — «No es momento para sobrepensar.»  — su vista se alzó y un nudo se creo en su garganta al no poder dar con Noir.  — «M¡€rda, me dijo que no dejará de caminar.»  — la velocidad de sus pasos aumento volteando a cualquier donde un poco de negro se hiciera visible.  — «No te alteres y piensa en una solución.»   — al caminar logro escuchar el pitido de una bocina de auto y como un mal habito se detuvo a mirar, el vibrio polarizado bajo mostrando al pelinegro.

 — Creí que lo que sigue de camino sería más sencillo si teníamos un medio de transporte.  — se bajo del auto guiando a Peter a la puerta del copiloto.  — Disculpa por desaparecerme sin decir nada.

 — No pasa nada.  — subio al auto luego de que la puerta fuera abierta para él.  — ¿Nos hospedaremos en esta área?

 — No.  — nego con la cabeza y después de encender el auto lo puso en marcha.  — Todos los hoteles de esta ciudad estan rodeados por edificios altos, sería como entrar en la boca del lobo.

 — Entiendo...  — sus ojos vibraron un poco al ver el arma de Noir en un lugar que se podía considerar accesible para usar en cualquier momento y simplemente se quedo callado.

El auto condujo por un par de horas, el paisaje cambio de una zona urbana a sitios llenos de flora, el camino paso de ser carretera a tierra y al caer la noche se encontraban frente a una casa abandonada. 

 — ¡Woah! Esta helada  — mencionó al tocar el agua que salió de una regadera que en su opinión el hecho que saliera agua de ahí ya era un completo milagro.  — Bueno, al menos tenemos agua para un aseo básico.

 — No habrá electricidad, pero al menos estamos conectados a una red de agua eso es bueno, es muy probable que solo nos quedemos hoy entonces no sera una preocupación latente. Cambiando de tema, ¿Tienes hambre, Peter? Solo tengo comida instantánea, pero tengo demasiada de ella.

 — ¿Cómo se tiene bastante de ella? — río un poco hasta que Noir vacío una bolsa frente a él dejando ver las latas con la comida.

El castaño se agachó y comenzó a mirar, no era nada a lo que no estuviera acostumbrado por lo que ojear y decidir lo que quería comer era su misión.

— Una vela. — se concentró en eso en el momento que se lo topo. — Extrañamente esto me hace sentir que es una fiesta. — miro a su acompañante notando su sonrisa que enseguida lo hizo sentir avergonzado.

— Eso me recuerda, compre algo de ropa. — agitó una pequeña bolsa de papel. — Pensé que esto se te vería bien aunque no se si sea de tu agrado. — con emoción saco la prenda y la extendió.

El tamaño era preciso, el castaño suponía que al menos eso compensaba el color, una especie de vómito de arcoiris.

— Yo sabía que tenías gustos extraños.

—¿Eh? — el pelinegro miro la prenda con algo de incomprensión antes de escuchar una risa y sentir como las manos de Peter se posaban sobre las suyas.

— Pero me hace feliz así que gracias, Noir.

Sin más que decir se coloco la prenda; el lugar se notaba muy abandonado y oscuro por lo que para cenar y antes de abrir las latas con comida optaron por encender una pequeña fogata en un contenedor metálico de basura para después sentarse en el suelo no sin antes colocar velas alrededor por petición de mayor.