Llévame contigo

93 14 5
                                    

Parpadeo un par de veces intentando procesar toda la situación. Su mano extendida, su cuerpo sin un rasguño y el hombre que hacía unos momentos estaba por terminar con su vida tendido en el suelo con su navaja clavada justo entre los ojos.

La pantalla de su móvil volvió a encenderse y está vez puso más atención en los mensajes que tenía sin leer.

"Renuncié a mi trabajo. "

"Noir, quiero verte, te esperaré donde usualmente nos encontramos."

"¿Es tú número cierto? Por favor dime que no me equivoqué cuando lo escribí."

— Peter... Eres realmente un hombre malo por no dejarme terminar con todo.

|🎲|

— «Aquello que las personas conocen como amor... Tenía tanto sin sentir algo que se le asemejara.»

Sus pensamientos estaban llenos de Noir tal  como su fuera una colegiada enamorándose por primera vez.

Los chirrido de la cama de ese hotel no llegaban a sus oídos y las estocadas que recibía no tenían ninguna efecto en él e incluso no se sentía avergonzado por estar usando ropa interior de mujer con olanes que quedaban en conjunto con la diadema de orejas de gato que tenía en la cabeza.

— Agh... Peter... Me comiste por completo, sin dudas eres una criatura lujuriosa.

Ese hombre entraba y salía de su cuerpo y Peter apenas si lo notaba.

— ¿Que sucede, Peter? ¿Hoy no estás de humor? Vamos, ya pague al menos puedes reaccionar un poco más.

— Oh, si, perdón.

— Di algo como "Por favor amo, perdóneme."

— ... — un nudo en su boca se formo al imaginarse diciéndose eso. — Por favor amo, perdóneme.

— Eres un lindo gatito libidinoso. — tomo una de las piernas del castaño para voltearlo y poder tenerlo de frente. — Lo estas deseando, ¿No es así? — coloco su miembro en la entrada contraría frotando como una especie de juego. — Te daré lo que deseas. — introdujo su pene y de nueva cuenta inicio con las embestidas.

— «¿Acaso este hombre siempre fue así de asqueroso?» — no era la primera vez que dormía con él, de hecho era uno de sus clientes regulares de esos que al menos veía dos veces por semana y aún así se sentía incómodo.

— Ahh, Ahh, Peter... Estoy en mi límite...

— «Supongo que llegué a mi límite.» — sus manos se posaron en los hombros agenos y empujó levemente. — Lo siento, pero voy a renunciar a este trabajo en este mismo momento.

|🎲|

Peter rodó los ojos por tercera vez para después mirar su móvil y verificar la hora, era increíble que Flash Thompson llevará riéndose 10 minutos de eso.

— No creo que fuera tan gracioso.

— Peter. — limpio un par de lágrimas de sus ojos que la risa había provocado. — Literalmente humillaste a tu cliente friky llendote a mitad del acto, por lo que se eres el único en la zona que le acepto todo tipo juego de roles y por eso te adoraba. — se carcajeo un poco más antes de ponerse serio. — Aún así me sorprende, te creía más profesional. De la nada quisiste renunciar sin si quiera consultarmelo.

El castaño encogió los hombros, la vergüenza lo inundó, la decisión había sido algo repentino y no considero hablarlo con nadie, estaba seguro que aunque decidiera conversarlo nada lo haría cambiar de opinión, pero quizá le debía un momento de duda a Flash, su bully de preparatoria quién irónicamente había sido la única persona que le tendió la mano en su momento más bajo, quién trato de convencerlo de no trabajar en ese medio y aquel que le consiguió un sitio en esa parte de la ciudad la cuál se consideraba la más "segura" para los trabajadores sexuales.

𝙈𝙧. 𝙉𝙤𝙞𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora