Jaeyun dejó su cuaderno en el escritorio de madera, recargó toda su espalda en el respaldo de la silla y suspiró con pesadez. Su cabeza dolía pero no sabía con certeza si era por lo que vivió o por estar todo el día buscando un trabajo que pudiera serle de ayuda mientras lograba su meta.
Se levantó de su asiento y caminó hacia la ventana abierta. Aquella ventana tenía vista hacia el mar, la luna de media noche y un pequeño camino de madera que servía para que la gente bajara de los barcos junto con sus maletas y todo lo que les perteneciera.
Tuvo un rápido pensamiento que lo llevó a tomar su saco para no sentir el cambio de temperatura de la noche, además que la orilla del mar se siente más fría por esas horas que durante el día.
Pasó por varias calles y frente a él ya estaba su destino. Sus pasos eran lentos, podía oír el crujir de la madera vieja y las pequeñas olas que llegaban en la orilla. Iba con la cabeza llena de dudas y curiosidad que sentía que le iba a explotar en algún punto. Detuvo sus pasos en el filo del último pedazo de madera del camino y miró hacia todo el océano frente a él.
El viento frío chocaba con sus mejillas, su cabello se desordenaba y sus labios comenzaban a temblar por el clima que atravesaba su saco e incluso podía sentir que atravesaba su piel y huesos. Se creía un loco por estar ahí a esa hora y solo, fácilmente podría ser el blanco perfecto para alguien que quisiera quitarle sus pertenencias.
Aún pensando todas las posibles formas en las que no iba a regresar completo a su habitación, se quitó sus zapatos y se sentó en la orilla junto con su calzado a un lado de él. Sus dedos de los pies apenas rozaban el agua, provocando unas pequeñas ondas. Su corazón lo llevó hasta ahí pero ciertamente no sabía que alguien lo estaba llamando.
— ¿Es malo que quiera volver a verte? - dijo al aire.
Con su mirada, siguió una de las ondas que hacía con sus pies y vio como parecía chocar con algo o alguien. Y ahí estaba él. El rubio enderezó su espalda por la sorpresa de verlo ahí, nuevamente cara a cara mirándose como lo hicieron en la noche anterior.
La luna lo iluminaba por detrás, su piel pálida brillaba y los reflejos tenues de la luz en el agua rebotaban en su rostro. Estaba igual de bello como lo recordaba. El corazón de Jaeyun latió de igual forma que cuando lo vio por primera vez. Seguía sin entender pero deseaba y anhelaba seguir con ese sentimiento en él.
— Oye, sé que soy lindo pero tampoco tenías que llamarme tantas veces.- el extraño usó un tono creído.
— ¿Llamarte? - Jaeyun cuestionó en un murmuro.
— Todo el día estuve escuchando tus pensamientos.
— ¿Mis pensamientos? - de nuevo murmuró.
— ¿Cómo pudiste escucharme?
— Ni yo lo sé, supongo que es una habilidad mía que no conocía.Jaeyun seguía procesando la información. Su ser quería verlo y ya lo tenía ahí pero no sabía qué hacer ya en esa situación.
— ¿Qui-quién eres? - Sus nervios tomaron posesión de su boca y tartamudeó. El chico del agua rió ante la ternura que le causó ese gesto del humano.
— Mi nombre es Park Sung Hoon y soy un tritón."Qué lindo nombre" pensó Jaeyun.
— Gracias.- Respondió al pensamiento del rubio, causándole un pequeño susto. — Me lo puso mi abuelo paterno y significa "Hijo del mar".
Shim estaba trabajando en responderle a Sunghoon pero no podía. Sus manos temblaban y sudaban, sentía un calor por toda su espalda que le llegó a incomodar su saco. Estaba hecho un desastre.
— Y tú ¿cómo te llamas?
El rubio no se dio cuenta de que el pelinegro se fue acercando a él y de pronto ya estaban a un metro de distancia, uno desde arriba en la tarima de madera y el otro en el mar. Se sentían tan cerca y tan lejos a la vez.
— Yo- aclaró su garganta. — Yo soy Shim Jae Yun y solo soy un humano.- La primera sonrisa de este fue mostrada.
Esa sonrisa solo fue la confirmación que Sunghoon buscaba obtener; esa sonrisa se grabó en su mente y estaba seguro que jamás iba a borrarla. También supo que ese humano siempre estuvo en su destino, destino que estaba dispuesto a vivir.
— Bueno, Jaeyun ¿te volveré a ver?
— ¿Quieres volver a verme?
— ¿No puedo?
— ¡Claro que sí! Digo… - Shim no se dió cuenta de su emoción mostrada causando que Sunghoon se riera de él y de lo tierno que era.
— Te veo mañana entonces.Y con eso, ambos empezaron sus encuentros diarios a media noche durante varias semanas. Encuentros inocentes, donde compartieron risas, anécdotas y, sin querer, planes juntos a futuro. Sin embargo, siempre estaba de impedimento la anatomía de Sunghoon.
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𝑬𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒎𝒂𝒓𝒆𝒔 || Jakehoon 𖧧
FantasyExisten miles de historias sobre sirenas y piratas, todas llenas de una enemistad entre ambos grupos pero muy pocos conocen la historia de Jaeyun y Sunghoon ♡