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¡Feliz cumpleaños, Paco!

A veces me preguntó cómo pude quererte tanto si la respuesta es bastante obvia. ¿Cómo puedo iniciar con esta historia?

Ya se...

Antes que nada se que no soy la mejor representación que no soy digno de pedir disculpas pero ahora solo quiero festejar el cumpleaños de mi querido amigo y por eso voy a contar cómo pasó, desde el inicio hasta ahora.

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Un día normal como de costumbre para mí, las nubes grises mientras llovía por las calles del centro de mi capital, caminaba junto con USA ya que según el quería fijarse el la capital pues le gustaba tantas cosas que habían ahí aunque claro que evitamos a los horribles turistas ruidosos, son tantos que me gustaría que fueran menos aunque ayuda mucho con nuestro perfil. El querido estadounidense tenía un paraguas y que por alguna razón específica solo me tapaba a mi.

— Oye, ¿Por qué no te tapas tu también? El paraguas es demasiado grande para que nos tape a los dos.

Pregunté con confusión en miss palabras en cambio el solo sonrió para contestarme.

— Oh vamos, se que grande pero mi prioridad es que tú estés bien.

El me sonrío de una forma más cariñosa, más dulce y más afectuosa, no pude decir nada en ese momento a lo que desvié la mirada apenado, miraba a mi gente como pasaba con sus parejitas, que patéticos si se trata de adolescentes pero es tierno solo cuando se tratan de viejitos. El amor... ¿Qué es amor? Solo un sentimiento que te puede hacer feliz, que te hace sentir vivo pero no todos seremos capaces de experimentar algo así, solo si hablamos de un amor romántico. Mis pensamientos se esfumaron cuando escuché unos chillidos de un perro, me moleste al saber que se trataba de otro cachorro en desgracia por esta gente y para mí maldita suerte es mi gente, USA también lo escucho a lo que me dejó el paraguas y corrió al callejón.

— ¡USA, vuelve aquí!

Le grite pero no me hizo caso, bufe enojado a lo que tuve que correr detras de él y ahí vimos algo. Era una Chihuahua hembra desangrada, tenía una horrible herida en su estómago mientras sus cachorros había fallecido; no pude evitar sentir un nudo en la garganta, tenía un corte de algo filoso como un vidrio o una arma, la perrita seguía respirando como si tratara de que sus hijos muertos estuvieran calientitos, sin darse cuenta que solo era ella.

— Mexico, we can't leave her like this!

¡México, no la podemos dejar así!

Me decía preocupado a lo que la cargo mientras buscaba algo para parar la sangre y llevarla a un veterinario cerca de ahí, lo iba a seguir de no ser de que había escuchado el mismo ruido irritante de ahí, baje la mirada y darme cuenta que solo había una cría con vida, intacta y tratando de no mojarse aunque todavía no podía abrir sus ojos, no tuve opción llevarlo conmigo pero antes deje a los demás cachorros muertos en una caja que se encontraba ahí, no había un lugar con tierra para enterrarlos así que eso era lo que había y me fui de ahí con el cachorro en brazos.

— Vaya, que bien que los salvaron a tiempo, la perrita tiene fuertes heridas pero se podrá recuperar con mucho esfuerzo y cariño.

Hablaba la veterinaria, parecía cautivada al ver cómo ambos fuimos a la veterinaria a ver su estado.

Mexico, do you think they will be fine?

México, ¿crees que estarán bien?

Me preguntó USA a lo que solo le sonreí.

— Claro que estarán bien, pronto les encontraremos un mejor lugar para vivir.

Le respondí tratando de calmarlo, a diferencia de mi USA adora a los animales, los quiere demasiado y tiene un corazón blando con ellos, le dolería ver a muchos animales muertos en cambio yo solo le encuentro ridiculez, digo, son mascotas y se les pueden querer pero al fin y al cabo son animales y se van a morir tarde o temprano.

Regresamos a casa y algunos estados del centro les encanto a los dos nuevos integrantes de la casa de forma temporal, también querían mucho a USA.

Cada día USA visitaba a los dos Chihuahuas ya que ambos tomaban sus citas y sus terapias en mi país.

Come on Mexico, only you have to caress it!

¡Vamos México, solo tienes que acariciarlo!

Me decía USA acercándome al pequeño cachorro que tenía en manos. USA había adoptado a la madre del cachorro y el hacía lo posible para que yo me quedara con el cachorro porque según el sería un buen dueño, mala elección, odio a los Chihuahuas y solo fui amable por su situación.

— ¡Alejalo de mi USA, te juro que si lo haces lo voy a aventar!

Obviamente no lo iba a hacer pero funcionaba siempre aunque ahora no.

USA trato de cambiar mi opinión pero yo me negaba, ver a esa bola de pelo me daba molestia, es tan pequeño y puede hacer más ruidoso que útil.

Pero todo cambió en aquella noche.

Tenía una horrible pesadilla mejor dicho un recuerdo de antes, recordaba con temor la conquista de Tenochtitlán, aquel día en que fue oscuro, gritos, mi verdadera gente murieron en manos de los españoles, lloraba y rogaba que pararan y ahí fue donde ví que los españoles tenían aliados, lograron una conquista por los enemigos que tenían los aztecas, no solo había una civilización de lo que ahora se conoce como México. Desperté agitado, estaba lloviendo con truenos y relampagos, sé escuchaba que hasta granizó caía por el lugar, mire a todos lados y en ese momento lo ví a el, el maldito Chihuahua.

— ¿Y ahora que quieres? Tienes una cama ahí, no molestes

Le decía molesto queriendo volver a dormir, sin embargo comenzó a llover de una forma más espantosa, llovía con todo y granizo, por alguna razón el pequeño cachorro se acercó más a mi en busca de refugio, estaba a punto de gritarle y sacarlo de mi habitación pero algo me hizo detenerme, tenía miedo, lloraba se comunicaba en aullidos acurrucandose en mi, temblaba, el buscaba a alguien, buscaba que alguien lo cuide.

Y por alguna razón todo se volvió diferente, lo cargue mirando sus ojitos cafés, tan grandes y brillantes y me di cuenta que no eramos tan diferentes. Lo acurruque en mi pecho y me dormí con el. Talvez no sea tan mala idea tenerlo conmigo.







Presente, me levantaba de la cama arreglándome para comprar algo especial para el. Baje encontrándome a Paco acostado en el sofá, tan tranquilo, sonrei acercándome a Paco acariciando su viejo pelaje. Lo tengo 17 años conmigo. Ojalá y todo sea eterno con el.


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Ya valió verga todo.

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