enojado - heehoon

cuatro

Heeseung quitó la camisa y el pantalón junto a el boxer de Sunghoon, volviendo a ponerlo en su regazo, sus manos tomaron las caderas del menor, ayudándolo a moverse en su entrepierna, soltando gruñidos que hicieron al menor debilitarse aún más.

Sunghoon apoyó sus manos en el pecho de Heeseung, moviendo sus caderas para pegar su esponjoso trasero en el bulto del mayor. Con su rostro sonrojado y jadeante, dejó caer su cabeza hacia adelante, su cabello tapando el desastre que era.

— Seungie~ yo-

— Shh.— Heeseung tomó de la cintura al menor, quitándolo de su regazo y poniéndose arriba de él.— Mi Omega huele demasiado bien, ¿Ah?— Sunghoon ronroneó.

El menor durante la intimidad suele ser demasiado sumiso, siempre.

— ¡A-ah! Seungie, necesito — Heeseung besó el blanquecino cuello del menor, bajó a sus clavículas, dejó marcas en su plano abdomen y fue bajando más hasta encontrarse con las rellenitas y preciosas piernas del menor, mordiendo chupando y lamiendo. Sabía que era uno de los lugares más sensibles y a Heeseung eso le fascinaba. Puso las largas piernas en sus hombros, acercando su cara a su lugar favorito.— ¡O-oh, Dios!— Sunghoon enredó sus dedos en las hebras negras de su novio, empujando sus caderas a la lengua que ahora se encontraba dentro de él explorando sus mojadas paredes.

— Sabes tan bien, bebé. ¿Te gusta?

— ¡Mmh~ si! A-ah.. más — Heeseung sonrió, sacando su lengua, subiendo para quedar cara a cara con Sunghoon. El menor llevó sus manos a cada lado de su cabeza, enredando sus piernas en la cadera de Heeseung y volteando su sonrojado rostro a otro lado, dejando su cuello expuesto, con una hermosa marca entre éste y su hombro. Sonrió al recordar cuando lo marcó, se sentía tan feliz.

Y Sunghoon era tan sumiso.

Besó los preciosos labios de su Omega, mordiendo su labio inferior, aprovechando a meter su lengua en la cavidad de éste.

— ¿Quieres que te la meta, mh? ¿Quieres sentir a tu Alfa dentro de ti, bebé?— Sunghoon cerró sus ojos, parecía un pequeño tomate.

— Seungie- ¡Ah!— Sunghoon pegó un brinco cuando sintió una mano pegar en su esponjoso trasero.

— Contéstame.

— Yo- A-alfa, entre en mí..— Susurró.

— ¿Por qué no te pones en cuatro y le demuestras a tu Alfa cuánto quieres sentir su polla dentro de ti, mi amor?— Sunghoon cumplió inmediatamente, parándose para ponerse en aquella posición, abriendo sus piernas, pegando su cabeza y pecho en la cama y su espalda arqueada, su trasero quedó expuesto hacia arriba. Como sabía que a Heeseung le gustaba.

El mayor gruñó, tomando su culo y lo apretó entre sus manos, encantado.

— Entra ya ¡ah~!— Heeseung volvió a pegar dos nalgadas a Sunghoon, quien gimió fuertemente.

— Primera, no puedes hablar, fuiste un Omega muy malo y grosero con tu Alfa, este es tu castigo, bebé.— El mayor acercó su boca a el hermoso culo frente a él, mordiendolo. A Heeseung le encantaba ver al Omega en esa posición, así podía apreciar gustosamente la pequeñita cinturita de su novio.

— Volteate.— Sunghoon hizo lo que le pidieron, Heeseung sacó rápidamente toda su ropa, agradeciendo que su miembro ya no estaba apresado en la molesta pijama. El menor debía admitir que le encantaba el tamaño del alfa. Era tan largo y grueso.

Abrió sus piernas para el mayor, volviendo a poner sus manos a cada lado de su cabeza.

— A-ah..— Heeseung llevó dos dedos a la -ya demasiado- mojada entrada del Omega. Cuando estos entraron fácilmente, supo que su novio ya estaba lo suficientemente lubricado. Llevó la punta de su pene a la rosada y resbalosa entrada, cepillando y jugando con la cordura del menor cuando creía que éste iba a entrar en él pero volviendo a sacar su miembro.— ¡S-seungie-, a-ah.. mgh!

Metió su pene lentamente, sintiendo la necesidad de mimar y besar a su Omega para quitarle el dolor. Así que acercó su boca a las rojizas mejillas de éste, dando pequeñitos besos por todo su rostro, finalizando por dar un besito en la frente del menor.

— ¿Duele?— El menor negó.

— Mu-muévete.— Y así lo hizo, comenzó a mover sensualmente sus caderas. Sunghoon amaba que Heeseung fuera bailarín, era una ventaja a la hora de hacer el amor.— O-oh, ahí.. Seungie, más..— Heeseung aceleró sus embestidas, dando varias veces con el punto dulce de su bebé.

— Te ves tan bien, mi amor.

— Seungie, bésame~— El mayor se acercó para besar suciamente sus labios, enterró su cara en el cuello de Sunghoon, bajando la velocidad a sus embestidas, sacando su miembro hasta dejar solo la punta dentro para volverse a enterrar. Y Dios, Sunghoon se estaba volviendo loco, eso le permitía sentir cada una de las venas de Heeseung y su perfecto tamaño. Se aferró a los fuertes brazos de Heeseung, entrerrando sus uñas cuando éste se separó para tomar sus caderas y tomar un ritmo demasiado rápido.

Heeseung se acercó para atacar los pezones de Sunghoon, parando sus movimientos. El menor iba a quejarse pero el Alfa lo tomó entre sus brazos, parándose y llevándolo a un pequeño escritorio que Heeseung usaba para estudiar. Lo sentó ahí y subió sus piernas a los hombros, metiendo su pene de nuevo, y el menor tembló cuando se vino en ambos abdómenes porque Heeseung había pegado directamente en su próstata y le excitaba el hecho de que el Alfa estuviera tan concentrado lamiendo y mordiendo sus hinchados pezones.

— Tan sensible, bebé.— Gruñó porque la entrada del menor lo envolvía y lo mojaba tan bien.

El menor sollozó al estar llegando a su límite, su próstata era abusada nuevamente a través de su orgasmo y su pene se había alzado de nuevo, se aferró al cuello del mayor, gimiendo sensualmente en el oído del azabache.

Heeseung se acercó a la marca del menor, pasando sus colmillos por ahí, jadeando y gimiendo. Cuando sintió que era suficiente, salió de la entrada del menor antes de que se haga el nudo, viniéndose en los muslos del pequeño Omega.

Sunghoon se sintió tan débil cuando Heeseung mordió su marca que se vino por segunda vez, temblando ante el fuerte orgasmo que lo arrasó. Cuando Heeseung bajó las piernas de Sunghoon de sus hombros, éste sintió todo su cuerpo doler.

Quedaron unos minutos abrazados, Heeseung dando besitos en todo su cuello, rostro y labios, tratando de recuperar la respiración.

Cuando volvieron a respirar tranquilamente, Heeseung se separó para besar suavemente los labios de su pareja.

— Hay algo que debemos arreglar tú y yo, pequeño Omega.

— Perdón, Seungie. Creo que esta vez yo me porté inmaduro.— Heeseung lo tomó de nuevo para acostarlo en la cama, abriendo un cajón para sacar toallitas y limpiarse ambos, acostándose junto al Omega.

— Demasiado. Pero quiero que arregles eso, no puedes estarte enojando a cada rato conmigo por cualquier cosa, sólo te pido eso.

— Prometo que voy a cambiar, Alfa.— Sunghoon se acercó a besar los labios de Heeseung, luego besó su mentón y bajó a su cuello.

— No hagas eso porque te volveré a hacer el amor, bebé.

— ¿Qué te detiene?— Heeseung sonrió.

— Entonces ven.— Sunghoon también sonrió, sentándose en el regazo del mayor, metiendo de nuevo el duro pene de Heeseung a su entrada, brincando mientras Heeseung alzaba sus caderas para encontrarse con los brincos del Omega.

— Mh.. ¡A-ah!

— ¿Te gusta, Omega enojón?

— Mh.. me encanta, Alfa tonto.