Capítulo 10

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—Todo comenzó hace unos meses, cuatro para ser exactos —el león comenzó a explicar—

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—Todo comenzó hace unos meses, cuatro para ser exactos —el león comenzó a explicar—. En realidad ésta es la segunda vez en menos de medio año que intentan secuestrarlo.

—¿Dices que ya lo habían intentado?

—Así es. Como dije, hace cuatro meses intentaron secuestrarlo, en realidad no solo a él, también intentaron secuestrar a Apo —confesó—. Creo que trataron de hacer un secuestro múltiple, supongo que querían amarrarme las manos.

—¿Secuestro múltiple?

—Bueno. No exactamente, pero ellos intentaron secuestrarlos el mismo día con tan solo unos minutos de diferencia —aclaró—. No contaron con que los chicos pescarían un resfriado que los mantuvo en cama con fiebre, justo el día anterior.

—¿El resfriado evitó que los secuestraran? —Mew frunció el ceño confundido, no captando las cosas del todo—. ¿Cómo?

—Eso es porque ninguno de los dos estuvieron en el lugar que se suponía estarían al momento de secuestro —Mile respondió—. Se suponía que Apo iría al orfanato al rededor de la tres de la tarde a llevar su donación del mes, pero como su fiebre aun permanecía yo me ofrecí a ir por él, por lo que a quien terminaron interceptado fue a mí y a Bible que había ido a ayudarme.

—Imagino que no terminaron bien parados.

—No, no lo hicieron. —El león le dedicó una siniestra sonrisa y Mew asintió satisfecho—. Eran cinco hombres en dos vehículos. Los primeros tres nos interceptaron, nos defendimos bien, por suerte siempre cargamos nuestras armas, eso fue fácil, el problema fue cuando los otros dos aparecieron de improviso desde atrás.

—Cobardes hijos de puta —Mew maldijo por lo bajo.

—No es como si esperáramos que tuvieran algún sentido de honor o algo por el estilo, no si se toma en cuenta lo que estuvieron intentando hacer. —El león se encogió de hombros, recostándose en su silla—. Para entonces habíamos pedido refuerzos, creímos que como eran más pensarían en enfrentarnos, pero ellos solo llegaron a ayudar a los otros para que pudieran huir.

—Sabía decisión.

—Lo fue.

—¿Qué hay de Gulf? ¿También se libró porque no pudo a asistir a donde fuera que tenía que ir?

—A la universidad, tenía que ir a la universidad —aclaró—. Y no exactamente, él sí llegó a ir. Traté de convencerlo de que se quedara descansando porque su fiebre tampoco se había ido del todo, pero se negó diciendo que tenía que presentar un parcial y que no podía darse el lujo de perder puntos en esa materia.

—Sí, eso suena exactamente a Gulf. —Mew sonrió, no se cansaría de decir que este era sumamente obstinado—. ¿Qué fue lo que pasó, entonces?

—Él fue y tomó el examen, se retiró inmediatamente después, por los que no tomó sus demás clases. —El Alfa líder comenzó a tamborilear los dedos distraídamente en la mesa—. Para cuando terminó, se estuvo sintiendo tan mal que tuvo que pedir que lo fueran a recoger. El tonto apenas y podía mantenerse consciente.

El alpha de un depredador-MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora