Capítulo 11

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Off Jumpol sonrió en grande cuando su tío abrió la puerta de su casa

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Off Jumpol sonrió en grande cuando su tío abrió la puerta de su casa.

—Hijo —el hombre dijo jocoso, acercándose para darle un apretado abrazo, palmeándole en repetidas ocasiones la espalda—. Es tan bueno verlos, Gun, Net pero mira cuanto has crecido —saludó, dándoles el mismo trato que a su sobrino.

—También es bueno verlo señor Jumpol. —Net, el beta de Jumpol, asintió al viejo lobo.

—¿Cómo está tu pareja e hijo?

—Ellos están bien, gracias por preguntar. Por cierto, James le manda saludos.

—El pequeño James. —El señor Jumpol rio—. Tanto que se negó y al final de cualquier forma terminó formando una familia junto a ti —agregó divertido, guiándolos dentro de la casa hasta su sala de estar.

—Contrario a lo que muchos piensan, es casi imposible resistirse al llamado de tu compañero —Net respondió, sonriendo risueño al recordar a su pareja.

—No hay palabras más ciertas, hijo. —El señor Jumpol sonrió—. ¿Ya desayunaron? ¿Puedo ofrecerles algo?

—Desayunamos de camino aquí, sin embargo no sé si a alguno se le antoja algo —Off respondió, mirando de su pareja a su beta.

—Estoy bien.

—Yo igual.

Ambos respondieron respectivamente. El viejo hombre asintió, aunque de todas formas llamó a su ayudante (no le gustaba llamarle sirvienta) y pidió unas bebidas para los cuatro.

—Entonces abuelo, ¿ha estado tomando sus medicamentos? ¿Ha asistido a todas sus citas? ¿Qué le dijeron en su último monitoreo? ¿Algo...?

—Gun, hijo, acabas de llegar. No empieces con eso otra vez —el viejo lobo cortó y el omega frunció el ceño inconforme.

—Pero abuelo, le recuerdo que la última vez que...

—Amor, dale un respiro por ahora —Offl intervino, besando la cabeza de su pareja en un intento de calmar su inconformidad—. Abuelo, por favor ponga a Gun al tanto de todo más tarde.

—Quita esa cara Gun, ya te he dicho que no te ves bonito cuando te enfurruñas. Después te daré todos los papeles de mi último monitoreo, ¿bien?

—Excelente. —El omega sonrió, sacándole un bufido al anciano.

—Consentido. —Rio.

—Cierto abuelo, antes pasamos por la casona del alfa Vimuktayon y nos dijo que los Suppasit se habían mudado, ¿estás bien con eso? Sé que lo querías como a tus hijos.

—Estoy bien, de cierta forma incluso me hace feliz que se hayan ido de este pueblo —Songsit respondió, sonriendo al recordar a los hermanos—. Como antes te conté, aquí nunca se les dio el mejor trato.

El alpha de un depredador-MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora