Contrarreloj [En Edición]

112.

Nick.

Alex y Hanna entran en mi habitación, donde me encuentro trabajando, luego de que les de una respuesta afirmativa. La mirada de ambas me advierten el tema que van a tocar, las sonrisas en sus rostros lo confirman.

Kira.

-Hola cariño-la rubia besa mi frente mientras Alex me abraza cortamente, ambas sentándose en mi cama, mientras yo me encuentro en mi silla de escritorio, la cual giro para quedar frente a ellas y poder verlas.

-Hola- las saludo a ambas alzando las cejas para que vayan al grano de una vez, las conozco lo suficiente.

-Te vemos de...mejor humor- sonríe Hanna.

-Si, vemos que tus días malos no son tan frecuentes- Alex me da una leve sonrisa-Kira ¿Verdad?

-Tal vez-evado, pero es cierto, desde que ella decidió quedarse he tenido buenos días, y cuando no lo son tanto, ella se encarga de hacer que sean buenos.

-Sabemos que es por ella, Peter no se ha aparecido por aquí y ella sonríe mucho más ahora. Combinado con tu buen humor- Alex hace una mueca-No es muy difícil adivinar si atamos cabos.

-Hablamos y todo está bien- intento zanjar el tema.

No porque quiera ocultar lo nuestro, para nada, sino porque no sé expresarme lo suficiente aún para explicar como me siento con ella. No puedo ponerlo en palabras pero me alivia que ella siempre pueda leerme y entender lo que pasa en mi interior.

-Todo está bien- asiente Hann- Nos alegramos por ti, Nick- sonríe genuinamente.

-En verdad me alegra que ella sea la afortunada- Alex asiente en aprobación.

-Yo lo soy- admito, su imagen vistiendo mis camisetas viene a mi cabeza, mientras ríe o cuando duerme tan tranquila por la mañana y no puedo dejar de verla.

-Estás sonriendo- Hanna me abraza con auténtica felicidad , ni siquiera había notado la leve sonrisa que se me escapó al recordarla. Fue casi imperceptible pero me conocen demasiado, no lo dejan pasar pese a que carraspeo, volviendo a mi seriedad.

-Es una gran mujer- asiente Alex- No hay nadie mejor para ti que ella.

Pero si ha muchos mejores que yo para ella. Sólo demuestra lo mucho que significo para ella el hecho de que me quiera a mi, de que pese a que allí afuera hay miles mejores que yo, ella me elige a mi. Lo cual me hace sentirme un cabrón demasiado afortunado.

Asiento de acuerdo.

Puedo repetirlo a cada segundo, nadie me querrá jamás como me quiere esa linda castaña.

(...)

-Déjala en paz- Kira le tira con un cojín a Chris cuando quiere molestar a Hanna, quien se encuentra leyendo con sus audífonos, ajena a todo lo que sucede a mi alrededor.

Yo me encuentro en el sofá individual sin poder apartar mis ojos de la chica que regaña a mi amigo mientras contiene una sonrisa, es hermosa en todos los aspectos. Me gusta verla, normalmente solía hacerlo, disimulando para que no me pillara perdido en ella, en su sonrisa, su risa o sus expresiones, todo eso que para mi era único.

Nunca creí que esa castaña que entró ese día a ese entrenamiento, me miró con intensidad haciendo que sus ojos cafés me intrigaran por lo lindos que me parecían, fuera a adentrarse de esta manera en mi. Cada vez que nos vimos luego, como ella busca acercarse a mi, como yo disfrutaba de que lo hiciera pese a que quisiera alejarla. Nunca fue porque ese fuera mi deseo, siempre fue para protegerla de mi.

Pero poco sirvieron mis esfuerzos, porque aunque todo fuera una mierda conmigo, incluyéndome, ella se quedó aquí. Justo a mi lado.

Era difícil para mi explicar lo mucho que me llenaba, la manera que tenía de hacer que me sintiera menos mierda, menos malo de alguna manera. Es como si ella fuese ese factor esencial para que yo pudiera vivir bien, disfrutar de mis días y no detestarlos como lo hacía como mi persona. Ella me volvía menos miserable, sin duda alguna.