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aclaro estas historias no son mías son traducciones cada uno tendrá los créditos a sus respectivos autores.
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Taeyong no está seguro de cuánto tiempo ha pasado desde que Yukhei lo dejó aquí, con las muñecas atadas a los postes de la cama y los tobillos atados a los codos. No es la mejor posición pero funciona. Está desnudo de la cabeza a los pies, con las piernas abiertas para mostrar su coño mojado y está tan cachondo que casi duele. ¿Cuánto tiempo lo había superado continuamente Yukhei? ¿Cuántas veces se había acercado demasiado a la cima, solo para que Yukhei se lo quitara?
No se queja porque ama esto. Le encanta que lo acosen, le encanta cuando Yukhei juega con él como si no fuera más que un muñeco, le encanta cuando se moja tanto que arruina las sábanas y cuando Yukhei empuja sus dedos o su polla dentro de él, se deslizan descuidadamente. Yukhei lo hace sentir tan malditamente bien.
Pero ahora han pasado horas. Cometió un error al decirle a Yukhei que lo dejara correrse en lugar de pedírselo y su novio lo había castigado poniendo un vibrador justo contra su clítoris, quitándoselo en el momento en que casi alcanzaba el orgasmo. Yukhei simplemente se había reído cuando Taeyong sollozó y rogó.
No hay forma de que él tenga fricción, no hay forma de que se toque y alivie algo del placer que lo frustra. Está tan desesperado que cuando la puerta se abre con un crujido, Taeyong ya está rogando de nuevo e ignora el hecho de que podría sentir una fuga ante la idea de que Yukhei está cerca.
"Por favor, por favor, por favor", se queja Taeyong, los dedos de los pies se doblan mientras levanta la cabeza para encontrar a Yukhei cerrando la puerta, caminando lentamente hacia él con una sonrisa de complicidad en sus labios. "Me duele, papi. Por favor".
Yukhei tararea, los dedos cálidos rozan los muslos resbaladizos de Taeyong y atrapa el clítoris hinchado del mayor entre sus dedos para frotar su coño descuidado con movimientos ascendentes y descendentes. "Estás tan mojado, hyung. ¿De verdad crees que todavía me sentiré bien cuando estás tan suelto? Eres patético".
Taeyong vuelve a quejarse porque, en todo caso, la forma degradante en que Yukhei le habla solo lo pone más húmedo. Le encanta que lo traten de esta manera, como si no fuera nada, como si solo fuera digno cuando hace que Yukhei se sienta bien. Aun así, aprovecha la oportunidad para mover las caderas, mientras Yukhei todavía lo toca, sus grandes dedos estimulan su pobre y sensible protuberancia. Está tan jodidamente cerca.
Por supuesto, Yukhei se aleja con un golpecito en su coño, lo que resulta en un sonido húmedo. Taeyong niega con la cabeza mientras solloza, las lágrimas ruedan por su sien y empaparon su cabello.
"¿Qué color?" Yukhei pregunta mientras se quita la parte superior, mostrando los músculos por los que ha trabajado día y noche, músculos que se ondulan bajo su hermosa piel morena.
Taeyong apenas logró encontrar su voz, "Verde".
"Buen chico", Yukhei le sonríe, "Debes estar cansado. ¿Prometes no tocarte si desato las cuerdas, bebé?"
