Capitulo 3 : Más allá de la obscuridad

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Cuando abrió la puerta, se sorprendió por lo bello que era el exterior, pero al mismo tiempo le empezaron a arder los ojos debido a que nunca había visto tanta luz solar.

Tapó sus ojos para evitar sentir ese ardor. Después de un tiempo, sus ojos se acostumbraron a la luz y pudo apreciar mejor el paisaje y el mundo exterior.

Vio una planta muy alta con ramas y hojas en la copa. Luis no sabía qué era esa extraña planta, así que sacó una enciclopedia para ver si lograba aprender algo sobre ella. Sin embargo, no sabía leer, ya que la bruja nunca le enseñó. A pesar de eso, encontró una imagen de la planta (un árbol) y supuso que podría romperlo. Lo logró, pero no sabía qué podía hacer con el material que obtuvo al romperlo.

Después de eso, quiso explorar, pero en un momento cayó inconsciente al suelo y tuvo una visión en la que vio a un chico y una chica mientras él los observaba desde un arbusto en un bosque.

Luis despertó cuando los chicos iban a hablar entre ellos.

Al despertar, Luis estaba confundido, pero no tenía tiempo para pensar en la visión, ya que estaba atardeciendo y sabía que podrían aparecer monstruos. Además, no tenía mucha práctica con las armas, por lo que no podría enfrentar a más de dos.

Corrió y empezó a buscar algún lugar para refugiarse, encontrando una cueva donde podría lograrlo. Sin embargo, no sabía cómo crear algo para calentarse debido al frío que hacía en la cueva.

Tuvo que dormir solo con un poco de lana como cobija que había saqueado de la casa de la bruja.

Al despertar, echó un vistazo al exterior para asegurarse de que era seguro salir. Vio algunos monstruos, pero como el sol estaba saliendo, comenzaron a quemarse.

Después de un rato, los monstruos murieron y, al ver que era seguro, decidió salir y explorar el exterior. Viajó y viajó por el mundo, encontrándose con cosas muy bellas como abejas, vacas, cerdos, ovejas, caballos, burros y lobos en el camino.

Continuó caminando y encontró un pueblo. Fue hacia allí y, por primera vez, vio a otra persona que no era la bruja. Observó a varios aldeanos trabajando en sus mesas de trabajo, muchas casas y animales domesticados, como gatos.

Luis quiso hablar con un aldeano, pero debido a su piel oscura, el aldeano corrió lejos de él. Siguió intentando hablar con alguien, pero todos huían de él, hasta que logró hablar con una mujer que llevaba una armadura de hierro y una espada de diamante.

La mujer le preguntó: "¿Quién eres y qué quieres?"

"Me llamo Luis, tengo diez años. Mi madre era una bruja que experimentaba conmigo, por si ibas a preguntar por mi color de piel", dijo Luis con dificultad, ya que nunca había hablado con otra persona antes.

"¿Qué quieres?", preguntó la mujer.

"Solo necesito un lugar donde dormir, porque no tengo nada ni dónde vivir. Solo eso, y me iré en un tiempo. Por favor", respondió Luis.

La mujer aceptó dejarlo vivir un tiempo en su casa, ya que tenía dudas sobre él y su color de piel, además de que solo tenía diez años y no podría protegerse solo.

La mujer se presentó como "Ayame"

Fueron a casa de Ayame y le preparó un cuarto para él. Pasaron unos días y la Ayame lo educó, enseñándole a leer, a ordenar su inventario y sobre los objetos, plantas o materiales que podría encontrar en el mundo.

Pero no solo lo educó, sino que también comenzó a entrenarlo.

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