𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐈𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬 - Tom Kaulitz (CANCELADA)

capítulo 5

Tomas Kaulitz

Llegamos a la casa de Olivia, eran las 6:30 a.m. Ella aún estaba algo mal, no sabía que había tomando, sabía que lo que le di no era tan fuerte, o al menos no le dí demasiado.

Toqué la puerta de la casa, era demasiado temprano y no quería molestar, pero desde afuera escuché cómo bajaban las escaleras dándome a entender que ya abrirían.

- ¡OLIVIA! - Dijo supongo que su mamá mientras abría la puerta y la agarraba.
- ¿¡Que son esos gritos!? - Dijo el papá.
- Pasa por favor - Me dijo la mamá mientras agarraba a su hija.
- ¿¡Que está pasando Edna!? ¿¡Quien es el!? - Al ver a su hija abrió los ojos como un plato - ¡OLIVIA!
- Ho- Hola, soy Tom, estaba en la fiesta junto a ella y la encontré algo mal, decidí acompañarla hasta acá.
-¿¡De que fiesta hablas!? ¡Se supone que Olivia estaba durmiendo! - El hombre estaba realmente furioso mientras la mamá recostaba a la menor en el sillón.
- ¡Mira no sé quién eres pero vete ya de mi casa! - Me gritó el hombre - ¡No te quiero ver devuelta cerca de mi hija - Me decía mientras me empujaba y cerró la puerta en mi cara.

Olivia Spencer

Me desperté en el sillón de mi casa, estaban mis padres viéndome, mi papá caminaba de lado a lado y mi mamá solo estaba con cara de preocupada.
- ¡Al fin despiertas! ¿A dónde carajos te fuiste anoche Olivia? - Papá estaba realmente enojado.
- ¿Que está pasando? - Pregunté desorientada.
- ¿Y encima tienes el descaro de preguntar? ¡Te escapas por el balcón, te robas dinero, vas a una fiesta para mayores, vuelves alcoholizada con un extraño lleno de rastas que parece un vagabundo! ¿y preguntas que pasa? - Realmente no entendía que estaba pasando, no me acordaba de nada, solo del chico de rastas que papá pronunciaba.
Mamá solo se limitaba a escuchar mientras papá seguía gritándome y diciéndome cosas horribles.
- ¡Debería darte un buen cachetazo para que aprendas de una vez! - Dijo mientras levantaba la mano.
- ¡Basta, no le pegues a la niña! - Mamá se paró del sillón y le agarró la mano a papá.
- ¿Cómo le puedes llamar niña a eso? Cada día me decepcionas más Olivia.
- ¡Pues todo sería más fácil si fueses un papá presente! - Fue lo único que dije para subir corriendo a mi habitación.

Di un portazo luego de entrar y me tiré a mi cama directamente a llorar, odiaba a mi papá con toda mi vida. No recordaba nada de lo que había pasado anoche, solo recordaba a Tom, era lo único que me calmaba.
Me di cuenta que aún estaba con la ropa de la fiesta me saqué la campera que tenía puesta, la cuál no era mía, rápidamente me di cuenta que era de Tom, tenía su perfume. Cuándo me estaba sacando esta cayó un papel de mis bolsillos, lo levanté, era un número de teléfono, supuse que era de alguna chica y este se lo había olvidado, pero decidí llamarlo.

- ¿Hola? - Dije al ver que me habían atendido.
- Hola, Olivia - Me di cuenta que el número era de Tom. - ¿Cómo estás, te duele algo? Anoche te traje a tu casa, y tu papá me echó, pero quería asegurarme de que estés bien.
- Si, si Tom estoy bien, gracias por preocuparte por mi, y por traerme a casa anoche, nadie se había preocupado tanto por mí.
- No es nada, cuándo quieras llámame, ahora te dejo, tengo unas cosas que hacer, adiós.
- Adiós Tom - Dije y corté el teléfono.

Al cortar mis lágrimas ya habían desaparecido y se había formado una sonrisa en mi rostro. Tom me había sentir segura, nadie se había preocupado por mi, realmente nadie me daba atención, nadie.

Tomas Kaulitz

Estaba acostado en mi cama, con una rubia desnuda al lado mío. Al dejar a Olivia en su casa volví a la mía y una de mis chicas me había llamado para divertirse un rato, a lo que acepté sin dudarlo, pero no sé, no lo había disfrutado como siempre. Me quedé pensando en la menor, en ese beso que nos habíamos dado, en cómo su pelo se movía con el viento en pleno amanecer, su cara pálida y el brillo que tenía en sus ojos, me atraía demasiado, necesitaba saber más de esa chica.

- Tengo que irme, cuándo puedas vete tu también - Le dije a la rubia.
- Tom, tengamos un rato más de diversión - Dijo coqueta.
- No, ahora vete porque yo también tengo hacerlo - Tomé una gorra y salí de mi casa, esperando no ver a la rubia cuándo vuelva.

Mi destino era la casa de Olivia, llegué pero fui por la parte de detrás, cosa de encontrarme con su balcón.
- ¡Rapunzel, deja caer tu largo cabello! - Grité sarcástico.
- ¿Que hacés aquí? ¡Si te ve mi papá te mata!
- Quería verte un rato, pero si no quieres me voy.
- Claro no, espera, estoy castigada, no puedo salir...
- Pero yo si puedo subir - Le di una sonrisa