A Fire Darkened 2/2

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"Si esto es una trampa, juro que..."

Mark se precipita y coloca un dedo contra los labios de Donghyuck. "Cállate y confía en mí".

Donghyuck frunce el ceño. "No me has dado ninguna razón para confiar en ti".

"Mi guardia prometió mantener esto en secreto", murmura Mark, dejando que su dedo recorra el labio inferior de Donghyuck. "Si quisiera sabotearte, ¿no crees que ya te habrían desterrado?".

Donghyuck abre la boca para responder, pero entonces sus ojos se desvían hacia la mano de Mark sobre sus labios y parece pensárselo mejor. Mark lo toma como una señal positiva y le coge de la muñeca, tirando de él a través de la entrada y por un corredor apartado. Las antorchas parpadeantes proyectaban sombras danzantes por las paredes y luego escucha a Donghyuck tropezar detrás de él bajo la escasa luz, sus dedos se entrelazaron instintivamente con los del moreno y se aferró a su mano como si fuera lo único que le mantiene con los pies en el suelo. Los dedos de Donghyuck se aflojaron durante un breve instante y Mark se pregunta si habrá hecho algo mal, pero entonces Donghyuck suelta un suave suspiro y aprieta con más fuerza la mano de Mark.

La luz se ha disipado, el pasillo se estrecha y Mark busca a ciegas la puerta que sabe que está allí. Es una vieja entrada de sirvientes, abandonada hace años, y deja escapar un suspiro de alivio cuando su mano toca la madera desgastada. La puerta se abre con sus chirriantes bisagras y saca a Donghyuck al exterior.

La luna es creciente y parece pintada en el cielo nocturno, y las estrellas son puntitos de luz en la oscuridad, bañando de plata líquida los jardines de rosas del palacio. Las plantas absorben la luz de la luna y puede escuchar la suave respiración de Donghyuck.

"¿Qué... qué hacemos aquí fuera?".

Mark se voltea hacia él y siente que se desmayará al instante. Es tan hermoso, los blancos y dorados de su uniforme empapados de plata, sus ojos brillantes y sus labios entreabiertos y su mano tan cálida en la suya... "Quería enseñarte algo", respira Mark. "¿Recuerdas?

Donghyuck retrocede un paso, pero sus ojos no se apartan del rostro de Mark. "¿Y si nos pillan aquí fuera?".

"No nos pillarán. Mark tira de él hasta que sus cuerpos quedan pegados, sus labios a escasos centímetros de los de Donghyuck, y observa cómo los ojos de éste se cierran.

Es como si todo se congelara, como si los pétalos de rosa cayeran suspendidos en el aire mientras Donghyuck respira contra su boca, y Mark siente en el pecho un deseo tan fuerte que le entran ganas de llorar. Se inclina unos centímetros hacia delante, deja que sus ojos se cierren y presiona sus labios contra los de Donghyuck tan gentilmente como puede. Es suave y casto, pero siente cómo la mano de Donghyuck se aprieta contra la suya antes de separarse.

"Puedes confiar en mí", susurra Mark. "Te lo prometo".

Continúan por el jardín de rosas, los pies de Mark recorren con facilidad los cuidados senderos, hasta que llegan al imponente seto que marca el final del jardín.

"Es por aquí", murmura Mark. Empuja a Donghyuck hacia el borde más alejado del arbusto y se desliza por una abertura llena de enredaderas. Donghyuck le sigue y se detiene al llegar al otro lado.

Es tal y como Mark lo recuerda: un inmenso invernadero que podría llenar fácilmente el salón de baile del palacio, con miles de plantas floreciendo contra las paredes de cristal. Las estrellas se reflejan en el techo abovedado como una cascada de pequeños diamantes. Le lanza una mirada alentadora a Donghyuck antes de abrir la puerta y entrar.

"Esto es..." Donghyuck respira. Parece no tener palabras y se detiene en seco justo en la entrada, con el asombro pintado en sus bonitas facciones.

"Mi padre mandó construir esto para mi madre después de casarse", explica Mark. El aire del interior es cálido, pesado y húmedo como una manta sobre los hombros, y las plantas se extienden hacia las estrellas en elegantes curvas. "Pero a ella nunca le gustó. Tardaron más de un año en construirlo, y una vez puso un pie dentro y dijo que, si esto era lo mejor que el reino podía ofrecer, prefería no ser reina."

[MARKHYUCK] Empire of Ashes | TRADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora