3: Theodore Nott.

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"El aprendizaje no hace que uno aprenda: hay quienes tienen conocimiento y quienes tienen comprensión. La primera requiere memoria y la segunda filosofía."

—Alexandre Dumas, El Conde de Montecristo.

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Marzo.

Hermione tenía una misión. Justo cuando sentía que por fin podría hablar con Malfoy sin tener una crisis mental que le recordara todas las cosas que no sabía sobre su propia vida, Malfoy decidió que tenía que ser aún más cauteloso alrededor de ella. Y siendo honestos, todo el espacio, la preocupación y la Oclumancia estaban comenzando a fastidiarla. Cada mirada cautelosa y pregunta cuidadosa le ponían los nervios de punta, irritándola sin fin.

Así que, un sábado por la mañana tres semanas después de la que Ginny había comenzado a referirse como "la cena del desastre", Hermione optó por ser más directa. Nunca había sido muy buena con la sutileza y el hecho fue más aparente cuando estaba intentando tranquilamente convencer a un Slytherin de que podía soportar más, que él podía ser menos cuidadoso y que la frialdad de sus ojos estaba comenzando a enviar desagradables escalofríos por su espalda.

Sería directa, iría al punto. Y simplemente lo pediría. Tal vez la capacidad de ceder a una petición era una habilidad que el hombre había adquirido en el tiempo que ella había perdido. Lo dudaba, pero tenía esperanza.

Su estrategia comenzaba con el té. Cada mañana desde el accidente, sin falta, Malfoy despertaba antes que ella y tenía el té listo y esperando para cuando ella saliera del dormitorio. Su lógica era que si comenzaba el día con un pequeño gesto, como hacerle el té a él, entonces él sería más receptivo a su petición.

Esa mañana de sábado, Hermione se despertó con la intención de realizar el pequeño gesto de hacer té para Malfoy al menos esta vez. Tuvo que quitar a Crookshanks de la puerta de la recámara donde estaba dormido mientras ella se vestía rápidamente. Su enorme guardarropa de prendas demasiado formales para su gusto aún la intimidaba la mayoría de los días, pero había descubierto que había un par de lindas blusas que podría usar con sus jeans y aún sentirse cómoda. Escogió una blusa borgoña ese día: cuello en v, mangas amplias y un corte que se veía muy bonito cuando la fajaba en las caderas.

Contenta con su elección, Hermione tomó a Crookshanks y abrió la puerta del dormitorio lo más suave que pudo. Las sombras las recibieron en el pasillo; se había despertado antes del amanecer. Caminó de puntas por el piso de madera, cuidadosa de las piezas que crujían. En verdad estaba emocionada de hacer algo lindo por el distante hombre con el que vivía. Frunció el ceño cuando vio que la tetera ya estaba en la estufa y que Malfoy estaba sentado en la monstruosidad verde que era su cama y el sofá de la sala al mismo tiempo, una suave luz iluminando la habitación. Tenía algunos pergaminos extendidos a lo largo de las dos mesas de centro que estaban apretadas en el reducido espacio y ella lo estudió atentamente.

—¿Honestamente, alguna vez duermes? —preguntó Hermione, sus hombros cayendo mientras dejaba a Crookshanks escapar de sus brazos. El gato inmediatamente se acercó a Malfoy, acostándose encima de sus papeles y demandando atención.

—No muy bien. —cedió Malfoy, tomando al gato y dejándolo en el piso. Se movió para ponerse de pie pero Hermione le indicó que no lo hiciera.

—Tú hiciste el té, yo me puedo preparar mi propia taza. —dijo, notando que él ya tenía una taza a su lado. Hermione podía ver a la distancia como la Oclumancia cambiaba su postura y la profundidad de sus ojos. Hermione suspiró, preparando su té y tomando un premio para Crookshanks antes de regresar a la estancia.

Wait and Hope - dramione *TRADUCCIÓN*✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora