9: Blaise Zabini.

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"La mujer es sagrada; la mujer que uno ama es santa."

−Alexandre Dumas, El Conde de Montecristo.

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Septiembre.

El mundo entero de Hermione cayó debajo de ella: un hoyo, una grieta, un túnel perforando directamente al centro de la tierra donde podría encontrar su final en roca fundida. Cavernas de nada absoluta se abrían de par en par dentro de ella, tragándose sus tiernos y ocultos focos de esperanza, con sabor a caramelos de manzana.

¿Puede repetir eso? Intentó preguntar, pero esos espacios en blanco de su cerebro tomaron control y tal vez por primera vez por benevolencia, para protegerla de la bomba que acababa de estallar en esa fea y terrible excusa de sala de examinación en San Mungo. ¿Tragarse la esperanza o ser tragada por ella?

Draco habló en su lugar, un tono visceral que no había escuchado en años.

−Por un momento, Jenkins, sonó como si dijera que han dejado de investigar la cura para mi esposa.

Draco intentó que sonara como pregunta, que Hermione sabía que si lo era. Pero la forma en que lo dijo, con una furia apenas contenida, lo hizo sonar más como unas últimas palabras antes de una ejecución.

Lo que no era tan diferente a cómo Hermione se sentía.

Una mirada dura apreció en el rostro de la sanadora Lucas, nada impresionada con el tono de Draco. Incluso Jenkins parecía estar en el proceso de tomar valor, negándose a doblegarse ante la ira de Draco. Hermione salió a rastras del hoyo dentro de su mente, alejando su agonía.

−Sr. Malfoy, Sra. Granger-Malfoy. −comenzó la sanadora Lucas, quitándose sus anteojos del rostro y juntando sus manos tranquilamente sobre su regazo. La breve resolución de Jenkins tambaleó mientras se sentaba, una mezcla de aceptación y cansancio. −Jenkins tiene muchas responsabilidades como mi aprendiz en adición a su carga de trabajo en cuidados intensivos. San Mungo no tiene recursos infinitos para dedicar a un solo caso. −Lo dijo objetivamente, sin malicia ni rencor, pero la realidad como quiera dolió. −El asunto del problema es que el caso de Hermione está estancado y sin ideas viables sobre la naturaleza de su tipo de pérdida de memoria, simplemente no es posible que el hospital continúe gastando dinero en una investigación experimental.

−¿Y si el dinero no fuera problema? −Draco demandó apenas la sanadora Lucas terminó de hablar.

−¿Y no es problema? −ella le respondió.

Hermione lo vio encogerse, solo un poco, mientras su cerebro seguía a sus palabras. Claro que el dinero importaba: ahora. Se preguntó cuántas veces había pasado eso. ¿Cuántas veces él regresaba a la piel de un hombre rico, criado con la habilidad de hacer y deshacer a su antojo con Galeones?

Draco no respondió. Los músculos de su rostro estaban todos tensos, sus labios apretados, sus fosas nasales ensanchadas, su respiración inquietantemente uniforme y controlada. Un rubor de enrojecimiento se deslizó por su pálido cuello, manchado e irritado. Hermione no podía ver sus ojos desde su perfil, pero sospechaba que él no había usado Oclumancia, a pesar de su enojo. No podía decidir si era mejor o peor que él estuviera intentando controlarlo sin usarla.

La sanadora Lucas tomó el silencio en la habitación como una oportunidad para continuar.

−Nos gustaría cambiar la frecuencia de sus visitas a una vez cada tres meses. −le dijo a Hermione. −Nos gustaría seguir monitoreando cualquier cambio en la estructura física de su cerebro, pero en este punto, sospechamos que sus recuerdos regresaran eventualmente, pero simplemente llevará tiempo. Su diagnóstico y su tratamiento no cambiarán. Solo reduciremos la frecuencia de las citas para que se ajusten a la naturaleza presente de su condición. −Eran palabras vacías, cosas inútiles: vacías en la forma que irreparable no lo era. Al menos irreparable tenía alguna dirección, certeza hacia lo desfavorable. Pero esas palabras eran nada.

Wait and Hope - dramione *TRADUCCIÓN*✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora