"zano" - capítulo 1

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No se que hora era, ya no se en que día estaba. Solo estaba yo un viejo de 82 años sin ningún pelo en la cabeza, gordo y recordando viejos tiempos..
- Hay mi fiel compañera-. Supire mientras miraba mi silla, y pensaba en la cantidad de años que estuve sentado llenando papeles, mirando curriculum, despidiendo y contratando gente. Tenia todo, plata, una gran familia y todo el poder y respeto que un fabricante de yogurt podía tener. Si como leiste fabrico yogur el mejor de Argentina. Mi nombre es Sam Zano y hoy me paso mis días en mi oficina , con una gran vista al mar, fumando, tomando licor y recordando viejos tiempos ...
-Tok tok ( golpe de puerta ). Ese ruido a vuelto a interrumpir mis pensamientos.
- Pase-. Conteste aturdido de tanto licor que había tomado.
- Señor Zano su familia a llegado.
- Mi familia !-. Conteste exaltado.
- Como que mi familia?-.
- Si señor es domingo, su familia viene todos los domingos-.
- A claro. Violeta digales que pasen al salón que enseguida bajo, gracias- .
- De nada señor- ( Violeta cierra la puerta y se va ).
Violeta era una joven de unos 25 años estudiante de enfermeria, su figura era delgada, tenía pelo lacio y unos hermosos ojos café que me hacían acordar a los de mi mujer. Violeta era mi ayudante, mas que ayudante, ella era como la hija que nunca tuve.

Rápidamente me lavé la boca, me cambie y bajé por un ascensor que me llevaban a una sala en forma de un exágono gigante, que por cada lado tenia una puerta del tamaño de una casa común y silvestre, si! si! yo tenia una casa espectacular mente grande, podía decir que era prácticamente un barrio entero. Me derigi a la puerta de en medio, que me llevaba al salón, pulse un botón y la puerta se abrio de par en par. En ese trayecto una gran luz te ilumina la cara y lo primero que ves al entrar es una mesa larga, muy grande, ancha, blanca y de marmol, que se reflejan los colores de la espectacular ventana de vitral que esta al final de la mesa.

Entre al salón y estaba toda esa gente " mi familia " por no decir buitres que están esperando a que me muera así agarrarian toda mi fortuna. Del lado derecho de la mesa frente a mi estaba mi hijo Ruben el mas grande. Ruben era alto como yo, tenia poco pelo y muchas arrugas en la cara, Dios !! Como le pesaban los 60 años ni yo estaba tan viejo jajaja.
Del otro lado de mesa estaba Franco, el menor. Franco tenia 45 era frío como la nieve, de mirada intimidante, alto de gran cuerpo y de pelo corto.
Cada uno vino con sus respectiva parejas, Laura la esposa de Ruben y Melisa de Franco y mis ñetos todos varones no había ni una mujer en la famia, además de Laura y Melisa.

-Buenos días-. Dije mientras me sentaba en la mesa.
-Buenos días papá- Respondió Ruben.
Franco solo asintió con la cabeza y no dijo mas nada.

El resto de la comida fue en silenció, cada uno miraba su plato. Luego de comer cada uno se levanto y fueron a la salida, en compañía de Violeta.

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