Capítulo 1

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Si bien, Uraraka no podía disponer de todo el dinero que gustase debido a los problemas económicos de sus padres, era bastante feliz, y se esforzaba para ayudarlos en el futuro, es por eso que estudiaba arduamente para conseguir un empleo bien remunerado. Sin embargo, cuando cursaba su último grado de la preparatoria UA, su padre tuvo un accidente que lo dejó en el hospital, lo cual generó más gastos, el dinero ya no rendía para nada, es entonces que Uraraka tomó la decisión de conseguir un trabajo en una tienda de ropa de marca, la paga era buena, pero aún así no le veía salida a los gastos de su familia.

Pov Uraraka

Uno de esos días que estaba trabajando algo extraño pasó, de repente, sacaron a todos los clientes y nos hicieron formar en la puerta principal, no comprendía nada, pero acataba las órdenes del gerente. De repente, las puertas se abrieron, dejando pasar a dos personas, un hombre y una mujer. Ella era guapísima, un vestido rojo, con una melena rubia tan larga y ondulada, maquillaje, manicura perfecta... wow, valla que era preciosa.

Por otro lado, el hombre tenía cabello negro y algo largo, vestía un traje rojo oscuro con una corbata negra, también era bastante atractivo, pero solo pude verlo un momento, pues tuvimos que hacer una reverencia.

Al pasar frente a mí solo ví sus zapatos "Woaa!! Se ven tan lindos!!" Pensé.

Pasó un momento de silencio hasta que escuche la voz del gerente.

—Buenas noches señor Kokonoi, señorita... la tienda y nuestros empleados estarán a su disposición está noche, espero les sea de su agrado nuestros productos y servicio— habló mi jefe tan propio como siempre, pero con cierto deje de temor. ¿Quienes serán estás personas? Cuestioné

Más tarde me enteraría por un compañero que ese tal Kokonoi era un mafioso, en concreto el tesorero de una mafia: Bonten, había escuchado de ellos, pero jamás pensé en toparme con alguno de sus miembros, mentiría si dijese que no tengo miedo, pero debemos atenderlos bien, sino, podría ser catastrófico.

Me llamaron para llevar y traer conjuntos a la mujer rubia, la cual, según también han mencionado entre susurros, sólo es la mujer de turno, aunque dicen que siempre son rubias de ojos azules, les es difícil diferenciarlas a veces por su enorme parecido, sólo por su voz, según cuentan.

También en esos momentos me di cuenta de que detrás de toda esa belleza se encontraba una persona arrogante, y maleducada, bastante a decir verdad.

—¡Ey tú!— gritó, a lo que todos volteamos, grande fue mi sorpresa al ver que me señalaba a mí, se me heló la sangre de repente.

—¿Si, señorita?— alcancé a decir sin tartamudear.

—Traeme un café americano con extra hielo, con café orgánico grande ¡pero rápido que tengo sed!— asentí y salí corriendo a la cafetería más cercana, sin embargo, antes de salir casi choco con el señor Kokonoi, él sólo me vió con una ceja alzada.

—¡Perdóneme señor!— hice una reverencia y seguí mi camino, hubiese sido catastrófico que chocará con él, además de muy de novela de adolescente. Reí internamente ante ese pensamiento... Al menos podía encontrar algo de gracia entre tanto lío.

"Sería fantástico que un millonario se fijará en mí y me pagara toda mi deuda, aunque... ya me gusta alguien y no lo cambiaría por nada"

Al menos esos pensamientos me hicieron aliviar por un momento la tensión. Apresuré el paso para traer el pedido, al regresar le entregué el café.

—Aquí está lo que me pidió señorita— le sonreía mientras le extendía con cuidado el vaso. Me quitó el vaso de las manos con rapidez, suspiré aliviada pensando que lo había hecho bien.

Ya no codicio sólo el dineroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora